Hay una serie de especificaciones, mal llamadas ‘normas’, que fija un estándar para que los cines adopten indefectiblemente la digitalización, bajo la presión de que sin ésta ninguna película norteamericana podrá ser exhibida. Este es un primer punto a tener en cuenta.

La digitalización, impuesta por Hollywood, requiere de equipos muy limitados y de muy alto costo como condición para que el exhibidor tenga la posibilidad de proyectar una película de las llamadas ‘majors’, que sabemos que son las que en el mercado actual hacen rentable a un cine.

Esta condición es un límite muy estricto para medianos y pequeños exhibidores, que no pueden acceder a ese equipamiento por su alto costo. Esto conlleva a una concentración mayor del cine a través de las grandes cadenas y complejos, sacando del mercado al exhibidor pequeño.

La idea no es poner la cabeza en la guillotina, sino empezar a analizar cuál es la realidad de cada uno de los países de la región, y trabajar sobre esas necesidades en el marco de un estándar. Para ello es necesario conformar equipos de trabajo integrados por profesionales que puedan intervenir en las futuras decisiones del cine digital frente a los organismos de certificación como son ITU (Instituto Tecnológico Universitario, de Argentina) e ISO.

A partir de allí hay que trabajar sobre los elementos puntuales que surjan de nuestras necesidades como región, sin salirse de la compatibilidad mundial que ya se encuentra extendida.

En síntesis, queremos que la región pueda llevar adelante propuestas para la fabricación de equipamientos, según sus propias necesidades, logrando la certificación frente a ISO y no frente a los estudios de Hollywood. El Programa de Digitalización de Salas Cinematográficas del INCAA se creó en octubre de 2012 y fui designado coordinador por la presidenta del INCAA, Liliana Mazure.

Actualmente el programa lleva adelante distintas líneas de trabajo. Una de ellas es un convenio con la empresa Argentina de Soluciones Satelitales -ARSAT- mediante el cual se invertirán aproximadamente unos 25 millones de dólares para el equipamiento de unas 120-150 salas cinematográficas.

Cincuenta de estas salas corresponden a los ‘Espacios INCAA’, que son salas de cine adheridas al Instituto, y que se encuentran distribuidas por todo el país con el objetivo de asegurar la circulación de una cuota de contenidos nacionales a nivel federal.

Las 100 salas restantes corresponden a un conjunto que se encuentra cerrado, o en condiciones precarias. Junto a los municipios, intendencias y gobernaciones las recuperaremos, pondremos en valor y digitalizaremos para que vuelvan a funcionar en las condiciones que exige el mercado actual.

Muchas de estas salas se ubican en localidades donde no hay cines y es imperiosa su recuperación. Por otra parte, el programa junto a ARSAT ha comenzado a realizar distintas pruebas de transmisión de películas digitales a través de nuestro satélite.

Este paso, que en este momento se encuentra en período de prueba, es fundamental para el nuevo paradigma de la distribución cinematográfica, donde el soporte físico tiende a la desaparición, conformando un nuevo modelo de negocios que permite a todos los cines tener en cartel las películas que deseen sin gastos de copias ni de traslados.

Hemos avanzado relaciones con comisiones técnicas en Europa, donde algunos países mantienen problemas similares a los de nuestra región.

El programa, por otra parte, firmó un convenio con el Banco de Inversión y Comercio Exterior que es un banco mayoritariamente estatal para ayudar crediticiamente al sector comercial. A través de este convenio, las salas comerciales de todo tipo pueden tomar crédito a una tasa de interés baja para proyectos de inversión como la digitalización y modernización.

El INCAA, a su vez, tiene la facultad de bonificar puntos porcentuales de esa tasa para hacer aún más accesible el crédito a los beneficiarios de estos, en particular a las salas pequeñas e independientes.

También formamos parte de la Red de Salas Digitales del Mercosur, que se pondrá en marcha a la brevedad y que es un proyecto de cooperación surgido del Programa Mercosur Audiovisual, donde la Unión Europea aporta fondos para proyectos que tiendan a romper las asimetrías en el sector audiovisual.

La experiencia de la Red de Salas, donde Argentina pone 10 a disposición, Uruguay 5, Paraguay 5 y Brasil otras 10, es un proyecto inicial de programación de contenidos latinoamericanos en 30 salas del Mercosur, expandible según la demanda que se presente.

Este proyecto utiliza equipos no homologados por Hollywood, sino que intenta desarrollar las industrias locales fijando metas de exigencia alta para empezar a ensayar las dificultades de discutir un estándar y comenzar paulatinamente a sustituir las importaciones.

Finalmente trabajamos en el análisis de nuevos códecs algorítmicos, que sean compatibles con el estándar adoptado para la televisión digital en la mayor parte de nuestra región, y que permita una mejor compresión a la misma calidad. Esto ayudaría al tráfico satelital de películas y abriría una ventana para la exhibición de contenidos alternativos en las salas de cine, como eventos culturales, deportivos, videoconferencias educativas, etc.

Pretendemos, en ese sentido, una soberanía que permita la desmonopolización del dominio de Hollywood en lo referente a las decisiones sobre la fabricación de equipos, interviniendo en los órganos correspondientes para este fin y buscando soluciones que sean compatibles con el estándar extendido, pero que también atiendan a las necesidades específicas de Latinoamérica.

En base a ello, es interesante pensar a futuro en la progresiva sustitución de importaciones a través de empresas latinoamericanas que se vayan especializando en el cine digital y logren las certificaciones ISO e ITU, logrando manufactura local, y generando puestos de empleos en nuestros países.

Por supuesto que debemos impulsar en simultáneo y consolidar las carreras de ingeniería electrónica, en telecomunicaciones, etc. y avanzar sobre convenios de cooperación recíprocos que nos permitan tener objetivos comunes y, en consecuencia, resulte más fácil su impulso y concreción.