El presidente de la República, Rafael Correa Delgado, expidió ayer el Decreto Ejecutivo 812 mediante el cual restituye la pensión vitalicia mensual a los ganadores del Premio Nacional Eugenio Espejo, que constituye el máximo galardón de cultura que otorga el Estado ecuatoriano.

Este año, la Asamblea Nacional expidió la Ley de Reconocimiento Público del Estado en las áreas Cultural, Científica y Deportiva. Esta entró en vigencia tras su publicación en el Registro Oficial, el 20 de febrero pasado. Con esta normativa se derogaron los decretos legislativos que establecían el valor de la pensión vitalicia a ganadores del premio que lleva el nombre del precursor de la independencia que destaca en la historia por ser el primer autodidacta de raíces indígenas en una época en la cual el conocimiento le estaba negado.

De acuerdo a las disposiciones generales de la ley, las personas que percibían dichas pensiones “como parte de una condecoración o premio” continuaban gozando de ellas. En agosto, el presidente de la Casa de la Cultura Ecuatoriana (CCE), Raúl Pérez Torres, solicitó, a través de una carta dirigida al Primer Mandatario, que se corrija la supresión de dicha pensión para los galardonados actuales y futuros del Premio Eugenio Espejo.

Pérez Torres decía que la pensión referida es “más necesaria para quienes, sin tener la protección del Seguro Social, o teniéndola en proporciones de increíble limitación o sin jubilación, han llegado a una edad en la que no pueden trabajar para ganar su sustento y están llamados a dedicar los años que les quedan a culminar su obra creativa y contribuir a la difusión de los valores espirituales de nuestra sociedad” e insistía en que todo ello podría entenderse como una “actitud discriminatoria hacia la cultura misma”, a la que, “a pesar suyo -interpelaba a Correa- parecería habérsela ubicado en el último lugar de las preocupaciones de las autoridades del Estado, y explica, al menos en parte, el desconocimiento que en el exterior existe sobre la cultura ecuatoriana”.

Personal de la Presidencia y del Ministerio de Cultura y Patrimonio entabló un diálogo posterior a este comunicado que desembocó en el decreto ejecutivo de ayer.

“El premio llega siempre un poco tarde, pero creo que es un justo reconocimiento a quienes han dedicado toda la vida al arte, a la cultura, a la música, a las expresiones del espíritu y creo que en algo puede paliar esa dedicación”, dice Pérez.

Pérez Torres manifiesta además que $ 10.000 es poco, considerando que en galardones como el Premio Jorge Icaza de Novela, otorgado únicamente en 2014 cuando Francisco Velasco era ministro de Cultura, se entregaron $ 30.000. En ese entonces el ministro Velasco decía que este valor “representa aproximadamente a un año de trabajo”.

Para Pérez Torres, “los premios Espejo son de una vida, no de una novela, en el caso de Fernando Tinajero son más de 20 libros publicados en varias ramas y el premio debería tener una connotación nacional profunda”.

El decreto presidencial sustituye el artículo 2 del decreto de 1997, estableciendo que “el premio consistirá en una medalla, diploma y la suma de $ 10.000 para cada uno de los galardonados en las actividades mencionadas en el artículo precedente, salvo que sea una persona jurídica de derecho privado o público, en cuyo caso el premio consistirá en las respectivas medalla y diploma”.

Además, que “cada uno de los premiados recibirá una pensión vitalicia mensual fijada en cinco salarios básicos unificados para el trabajo en general”, cuya suma actualmente asciende a $ 1.770. (I)

Lea el Decreto Ejecutivo 812