Juan goytisolo recibirá el reconocimiento en abril, en Alcalá de Henares, de manos del rey Felipe VI
Premio Cervantes no quiere volver a España
Una vez más el premio Cervantes, el más importante de la lengua española, llega a destiempo. Este año su ganador es Juan Goytisolo, a sus 83 años. Él recibe el anuncio del Cervantes desde la duda de sí mismo que -dice- le provoca recibir una medalla o un honor. Con su nombramiento se ratifica lo que en tono profético dijo en 2008 cuando estaba por recibir el Nacional de las Letras,“a mi edad ningún premio hace ilusión. Me lo han dado y punto. Igual me sentiría si hubiese sido el Premio Cervantes”.
El jurado estuvo conformado por Elena Poniatwoska (Premio Cervantes 2013) y José Manuel Caballero Bonald (2012); Soledad Puértolas, Inmaculada Lergo, Fernando Galván, Carmen de Benavides, Julio Martínez Mesanza, Mercedes Monmany, entre otros.
Para definirlo como el ganador decisivo dieron el nombre de Juan Goytisolo en siete votaciones sucesivas. Justificaron su elección “por su capacidad indagatoria en el lenguaje y propuestas estilísticas complejas, desarrolladas en diversos géneros literarios; por su voluntad de integrar a las dos orillas, a la tradición heterodoxa española y por su apuesta permanente por el diálogo intercultural”.
Su carrera literaria tiene punto de partida cuando a sus 23 años publica ‘Juegos de manos’, novela que lo situó entre los más destacados autores del realismo crítico de la posguerra. Años más tarde su escritura comienza a alterarse, como los tiempos.
En 1966 publica uno de sus libros más representativos, ‘Señas de identidad’, una obra en la que un fotógrafo español exiliado en París regresa a la casa de sus familiares en Barcelona y comienza a reestructurar su pasado. Con su narración rompe con la estética del realismo social que absorbía la literatura española.
Goytisolo deja de describir la realidad tal cual para volver a la subjetividad del narrador y encaminar un nuevo montaje del lenguaje.
Con más de 50 obras publicadas entre narrativa y ensayos, Juan Goytisolo se jubiló como novelista hace seis años, cuando se publica ‘El exiliado de aquí y allá’.
Por coincidencias con la filosofía de su obra, el premio Cervantes vive en autoexilio, bajo el clima cálido y el paisaje colorido de la ciudad árabe Marrakech, donde reside definitivamente desde 1997. Esto, luego de una relación variable con España una vez que con la publicación ‘Campos de Níjar’ lo declararan persona non grata en Almería.
Luego el gobierno socialista -con muy poca ilusión por su parte- lo nombra hijo Adoptivo de Níjar y, al cabo de unos años lo vuelven a declarar persona non grata.
Desde entonces está convencido de que tiene la razón cuando su reconocimiento se hace en negativo, y no con medallas, o premios como el que recibirá el próximo 23 de abril de manos del Rey Felipe VI.
Desde 1997, Goytisolo dice ver lo que sucede en su país de origen desde la periferia y reconoce que así es mejor. A pesar de que entre las declaraciones del jurado que lo premia, este autor une la orilla de América Latina con la europea pero también la del mundo árabe con España: es una fiesta que este autor obtenga el premio.