La IX Semana cultural de Bolivia en Ecuador 2015 se llevará a cabo del 3 al 9 de agosto, en Quito
¿Por qué los bolivianos consideran sagrada a la hoja de coca?
Francisco y una bolsita de coca
En la imagen más impactante que el Papa Francisco (Jorge Mario Bergoglio) dejó para la posteridad durante su última visita a Latinoamérica, aparece sorprendido, recibiendo un Cristo crucificado en el martillo que atraviesa una hoz.
El obsequio de un cordial presidente boliviano Evo Morales era una réplica de la insignia que el sacerdote jesuita Luis Espinal Camps (1932 - 1980) solía usar, y desató una tormenta de interpretaciones a escala global.
Sin embargo, otro presente —también entregado la tarde del pasado 8 de julio, en el aeropuerto de El Alto, La Paz— contenía una carga simbólica igual de importante: Morales le entregaba al máximo jerarca de la Iglesia Católica una chuspita.
Aunque la palabra ‘chuspa’ se usa en la Sierra ecuatoriana para nombrar al filtro de tela en que se ‘pasan’ (destilan) los granos de café molidos, en Bolivia se trata de una bolsa pequeña en la que se llevan las hojas de coca y proviene de la voz quechua chuspa.
Días antes de la llegada del Papa a Bolivia, la idea de que él pidió masticar las hojas de la enigmática planta surgía del ministro boliviano de Cultura, Marko Machicao: “Se le había ofrecido matecito (té) de coca o algo para (soportar) la altura. Él nos ha pedido específicamente que quiere hacer el masticado de coca, así que al Santo Padre se le estará esperando con la sagrada hoja de coca” (sic), afirmó sin ambages.
Entonces, el portavoz del Vaticano, Federico Lombardi, aclaró que el Papa todavía debía decidir si masticaría o no el contenido de la chuspa.
Finalmente, no hubo certezas sobre aquello, mientras que la hierba mate sí fue requerida por Francisco en Quito. Si se hubiera llevado un bocado de coca a la boca, si hubiera ‘coqueado’, habría extraído el jugo del acullico (akullikuy): la pequeña bola hecha con hojas de la planta que los indígenas bolivianos consideran sagrada y que suelen mezclar con cenizas de quinua y papa hervida para que, al mascarla, sus principios activos y estimulantes se diluyan en la saliva.
Bolivia y un proyecto cultural
El Estado plurinacional que preside Evo Morales tiene una entidad dedicada a valorar las hojas que le hubieran ayudado al Papa a resistir los más de 4 mil metros sobre el nivel del mar de El Alto.
Gumercindo Pucho está al frente del Viceministerio de la hoja de coca y desarrollo integral que se creó en 2006 y que administra la coca legal existente en territorio boliviano.
El funcionario visitó la capital para dar una exposición, en la V Conferencia sobre la Sagrada hoja de coca ‘Jallalla Mama Coca’, que se realizó el pasado 15 de julio en la Universidad Central.
“El artículo 384 de la Constitución política boliviana —sostuvo Pucho— reconoce a la coca originaria y ancestral en su verdadera dimensión y pretende ir contra la erradicación de la que fueron sujetas sus plantaciones desde la Colonia”.
La normativa da cuenta de las implicaciones que tiene el uso del vegetal al garantizar su protección “como patrimonio cultural, recurso natural renovable de la biodiversidad de Bolivia, y como factor de cohesión social”.
Además, la Carta magna enfatiza que la coca “en su estado natural no es estupefaciente” y concluye: “la revalorización, producción, comercialización e industrialización se regirá mediante la ley”.
En cuanto a la aplicación de este principio cultural y económico, el viceministro dio más luces: “se permite exportarla si no alcanza el 0.1% de alcaloide”, refiriéndose a la cocaína (éster metílico de benzoilecgonina) que produce la segunda droga ilegal de mayor consumo en el mundo, y por la que el uso ritual de la coca se ha llenado de prejuicios que quizá Jorge Bergoglio no tiene.
Los 14 alcaloides adicionales en que se puede descomponer la ‘hoja sagrada’ tienen usos medicinales como el de refrescar el hígado para que las secreciones biliares, responsables de eliminar las sustancias tóxicas del cuerpo, no influyan en su funcionamiento o fisiología (ver infografía).
Pucho sostiene que “las Naciones Unidas (NN.UU.) ya han apoyado a Bolivia en su intento de acabar con el error que significa asociar la hoja de coca con las drogas narcóticas. La coca puede suplir la dieta diaria, es como la quinua”.
Historia de una reivindicación
La política de ‘Coca cero’, en Bolivia, equiparaba a esta planta con otras como el opio, la dormidera y el cannabis —el cáñamo de origen índico que se usa como estupefaciente y se conoce en todo el mundo como marihuana— pero la identidad andina está atravesada por la hoja de coca.
Las alteraciones psíquicas y físicas están más cerca del narcotráfico y de los carteles de la droga en varios continentes que de los rituales de comunidades bolivianas, peruanas y ecuatorianas.
El viceministro de la hoja de coca recuerda que, en 1975, un estudio de la Universidad de Harvard ratificó a la planta como un suplemento con características comparables a las de algunos granos, y más saludable que los lácteos o la carne.
“Se usa, incluso, para adivinar la suerte; predice cómo marchará una familia”, explicó Gumercindo Pucho, quien también resaltó que las comunidades bolivianas suelen resolver problemas territoriales y domésticos en torno al rito de la coca.
En la cultura Kallawaya (provincia de Bautista Saavedra, departamento de La Paz, Bolivia), por ejemplo, se usan las hojas con fines medicinales y el pueblo fue declarado Patrimonio intangible de la humanidad por la Unesco (Organización de las Naciones Unidas para la educación, la ciencia y la cultura). La Organización mundial de la salud también ha ratificado las propiedades curativas de la hoja de coca.
La chuspa que Evo Morales le dio al Papa es una extensión de una política pública. Su defensa internacional de la hoja de coca inició en 2008 con el envío de una carta al presidente de las NN.UU. en la que rechazaba la “actitud colonial y segregacionista sobre las prácticas culturales de los pueblos indígenas”.
En marzo de 2009, pidió rever las prohibiciones sobre la coca en un discurso pronunciado en el podio del 52 periodo de sesiones de la Comisión de estupefacientes.
Para enero de 2013, la ONU admitió la petición del Estado plurinacional de Bolivia de que se respete el akullikuy (masticado de la hoja de coca) en su territorio. Menos de 20 países, de 164 miembros de la organización, se opusieron.
Como elemento identitario en Los Andes la hoja de coca sobrepasa los valores simbólicos y las implicaciones culturales del mate en el Cono Sur —por citar un ejemplo cercano al primer Papa latinoamericano— y su potencial económico resolvería problemas acuciantes en la región como la desnutrición y la economía sustentable. (F)
Datos
La prohibición del comercio internacional de hoja de coca se estableció en la Convención única sobre estupefacientes de 1961, pese a sus 4 mil años de uso ancestral demostrado.
El dictador boliviano Hugo Banzer ratificó, a fines de 1976, el Convenio de 1961 al emitir el Decreto supremo 14122. El origen de estas medidas fue un informe sin sustento científico que la ONU consideró en 1950.
Una empresa conserva el privilegio de introducir la hoja de coca legalmente en EE.UU. Stepan importa entre 100 y 200 toneladas de Perú cada año; en sus laboratorios extrae la base de la Coca-Cola.
El periodista del New York Times, Jim Yarley, fue uno de los reporteros que acompañó la gira papal por Sudamérica y todos los días escribió un comentario en una libreta de viaje online, así generó la expectativa de que Francisco llegara a masticar la hoja sagrada.