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Ecuador, 22 de Diciembre de 2024
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El Telégrafo
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Padura habla sobre su obsesión por la libertad

Padura dictó la charla ‘¿Para qué se escribe una novela?’ frente a los murales del mexicano José Clemente Orozco, en la Universidad de Guadalajara.
Padura dictó la charla ‘¿Para qué se escribe una novela?’ frente a los murales del mexicano José Clemente Orozco, en la Universidad de Guadalajara.
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El escritor cubano Leonardo Padura declaró el sábado ante estudiantes en México que una de sus obsesiones literarias es entender cómo los seres humanos buscan y ejercen su libertad, un tema que se potenció por vivir en un país socialista y tras estudiar la historia del siglo XX.

“La idea de los riesgos y consecuencias a que puede llevarnos la pretensión de ejecutar nuestra libertad individual era y es una obsesión que me perseguía desde varios años”, dijo Padura en una conferencia de la Cátedra Latinoamericana Julio Cortázar, de la Universidad de Guadalajara.

Padura contó que esta obsesión se potenció tras escribir El hombre que amaba a los perros (2009), novela que protagoniza Ramón Mercader, el asesino del revolucionario soviético León Trotsky, y que lo llevó a internarse “en las catacumbas de la historia del siglo XX”.

“Conocer desde dentro algunos de los hechos más demoledores de ese tiempo avivó esa obsesión y logró conducirme a la evidencia de que, como el novelista que soy, la única manera de exorcizar esa presencia era escribiendo una novela”, dijo Padura, Premio Princesa de Asturias de las Letras 2015.

En la charla ‘¿Para qué se escribe una novela?’ que tuvo como escenario los murales del mexicano José Clemente Orozco del paraninfo de la Universidad de Guadalajara, el autor de Adiós, Hemingway (2001) habló del proceso creativo. “El autor tiene que librar una lucha entre sus propias obsesiones, el lenguaje y el camino que va tomando la historia y los personajes”.

“Suele ocurrir que los personajes comienzan a generar exigencias que varían las intenciones iniciales del escritor, pero es, en lo esencial, una lucha entre el artista y las palabras”, dijo a cientos de estudiantes mexicanos.

Reconoció que en ocasiones el artista debe lidiar con agentes ajenos al proceso de creación, como son la industria y el mercado editorial, aunque consideró que se debe responder siempre al propio acto de libertad creadora más que a las exigencias del exterior.

La Cátedra Latinoamericana Julio Cortázar surgió en 1993 por iniciativa de los escritores Carlos Fuentes y Gabriel García Márquez, quienes acordaron aportar el monto de las becas del Gobierno que recibían como creadores eméritos para rendir homenaje a uno de los mayores escritores latinoamericanos del siglo XX. (I)

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