El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, pidió hoy a Siria que aplique "rápidamente" el acuerdo alcanzado con la Liga Árabe y detenga la represión después de que el país viviera este viernes una nueva jornada sangrienta que acabó con más de 20 fallecidos por disparos de las fuerzas de seguridad.

"El secretario general cree que las autoridades sirias deben aplicar completa y rápidamente el acuerdo alcanzado con la Liga Árabe. La máxima prioridad es detener la muerte de civiles, pero hoy los asesinatos continuaron", señaló ante la prensa el portavoz de Ban, Martin Nesirky, en la sede central de la ONU en Nueva York.

Nesirky explicó que el máximo responsable de Naciones Unidas considera "de crucial importancia" que el régimen de Bachar al Asad ponga en marcha "tan pronto como sea posible" el plan propuesto por la Liga Árabe y que las autoridades sirias aceptaron, al considerar que "Siria ya ha vivido demasiado derramamiento de sangre".

"Los derechos humanos del pueblo sirio deben respetarse sin demora", aseguró el portavoz de Ban, quien subrayó que es "totalmente inaceptable" que sigan muriendo personas en el país árabe mientras persiste una represión que, según los cálculos de la ONU, ha causado ya más de 3.000 fallecidos.

Nesirky reconoció que el Gobierno de Al Asad ha denunciado que entre los fallecidos en los últimos meses se encuentran miembros de las fuerzas de seguridad, por lo que aseguró que la voluntad del secretario general de la ONU es que "se detengan los asesinatos de los que sea responsable cualquiera de las partes".

El régimen de Bachar al Asad aceptó el miércoles la hoja de ruta trazada por una comisión ministerial de la Liga Árabe según la que se compromete a cesar la violencia y liberar a los detenidos durante las protestas contra el régimen, además de a abrir sus fronteras a observadores árabes y la prensa internacional.

Las palabras del portavoz de Ban, quien regresa hoy a Nueva York procedente de la cumbre de líderes mundiales del G-20, se produjeron después de que murieran al menos veinte personas por disparos de las fuerzas de seguridad en las manifestaciones que como cada viernes pidieron la caída del régimen sirio.

Según los Comités de Coordinación Local, ocho civiles perdieron la vida en la ciudad de Homs, mientras que otras siete personas fallecieron en la localidad de Kanaker, ubicada en la provincia oriental de Rif Damasco.

Asimismo, en esa misma provincia, en la población de Sebqa, perdió la vida otro civil, y otras dos personas murieron en la ciudad de Hama, en el centro del país, mientras que en la meridional provincia de Deraa, dos personas fueron asesinadas a tiros por francotiradores del régimen cuando intentaban huir hacia Jordania.

En esta misma jornada, el Gobierno sirio ofreció a los opositores al régimen que se hayan levantado en armas pero no tengan delitos de sangre una amnistía si se entregan en las comisarías del país.