“No hay que enamorar con poemas ajenos”
A un día de ser nombrado Huésped Ilustre de la ciudad de Quito, el poeta argentino Juan Gelman brindó una rueda de prensa en el aula Benjamín Carrión de la Casa de la Cultura Ecuatoriana (CCE), a las 11:00 de anteayer.
Los también escritores Raúl Pérez Torres (presidente de la CCE), Gabriel Cisneros (vicepresidente de la CCE) y Xavier Oquendo (organizador del Festival Cero Latitud) acompañaron al autor de “Vale la pena” en la conferencia. Pérez Torres dio la bienvenida a Gelman: “su obra es una ética del decir, hay una sintaxis distinta en su palabra que tiene que ver con el espíritu, esta es su casa y puede sentirse bien”.
El poeta argentino vestía una chaqueta verde, llevaba el cabello largo y cano, con una voz áspera y pausadamente disertó sobre una variedad de temas: su trayectoria, las relaciones entre poesía y política, las premiaciones, la cultura y la lengua castellana: “hay música en nuestra lengua, por eso mis libros gustan al ser traducidos a otros idiomas”, expresó el huésped ilustre de Quito.
A pesar de la atención que genera, Gelman prefiere pasar inadvertido e intervenir exclusivamente cuando el certamen lo amerite. Antes de responder a la seguidilla de preguntas del público aclaró: “Permítanme saludar a mis colegas, también fui periodista... Debe haber un poeta en cada uno de ellos”.
“Es una señora difícil de agarrar, casi siempre se escapa”, dijo sobre la poesía. Prosiguió con calma que él respalda la visión de belleza y poesía expuesta por sor Juana Inés de la Cruz: “son una espiral que en cada giro se agranda”. Así dio a entender las posibilidades y dificultades presentes en la escritura porque hay aspectos indescifrables que requieren diferentes puntos de vista para ser decodificados.
Mantuvo las manos juntas frente al micrófono y con ingenio y cordialidad elaboró sus comentarios. Sobre los riesgos y valía de la tradición literaria manifestó: “... la poesía existe desde el fondo de los siglos, nada ha destruido su continuidad. Todo el mundo habla de la utilidad de lo útil y nadie menciona la utilidad de lo inútil”.
Compartió una anécdota sobre sus creaciones líricas: “una vez estuve en Buenos Aires con Mario Benedetti, cada uno leyó un poema de amor; al final, una jovencita me dijo: ¿Usted escribió ese poema? Sí, respondí, es mío. Ella replicó: ¡Hijodeputa! Señorita, está bien que el poema no la satisfaga pero yo soy una persona decente, seguí. No, señor, es que mi novio, afirmando que era de su autoría, me conquistó con el mismo poema; no hay que conquistar con poemas ajenos”.
Por otro lado, caviló acerca del alcance de la poesía en su vida: “es necesaria, descubre territorios interiores que no sabía que tenía y por eso mismo no tenía”. Explicó que el vínculo entre poesía e ideología políticas es poco claro, y agregó que “en cuanto al compromiso social de la poesía hay que entender que ella obedece a otras leyes, nadie sabe si Shakespeare fue derechista o comunista, esa es su obra; incluso Louis Ferdinand Celine, que denunció a la pobreza en el ‘Viaje al fin de la noche’, también es autor de muchos textos racistas y antisemitas”.
Juan Gelman reside en México desde 1989. A la interrogante de si el exilio influye en su obra todavía, apuntó: “elegí vivir en México, el exilio forma parte de mis libros, y esa situación me permitió releer a los místicos españoles como San Juan de la Cruz, Santa Teresa o Luis de León”. Sobre ese período de cultivación personal, entre otras cosas, indicó: “en los místicos había un sentimiento semejante, me encontré en ellos: la presencia ausente de lo amado”.
Para referirse a cómo ve el oficio de hacer literatura -y en general arte- a sus 83 años, citó al pintor japonés Katsushika Hokusai: “él decía que quería llegar a los 100 años para depurar su técnica, luego a los 110 para entender los misterios de la naturaleza y, finalmente, a los 120 para pintarlos”. También, Gelman dijo que admiraba al escritor latinoamericano Roberto Bolaño “por ser un gran escritor y conocer tanto de literatura”.
En materia de controlar el dolor y las emociones respondió con brevedad: “si alguien sabe espero que me lo diga”.
En la tarde, además, los organizadores del Festival Internacional de Poesía Paralelo Cero presentaron el libro “Furia de pájaros”, antología de la obra de este escritor argentino, en el Teatro Prometeo de la Casa de la Cultura Ecuatoriana. Sobre la publicación, Gelman se mostró entusiasta. Después leyó un par de sus creaciones acompañado con el júbilo de los asistentes. El libro está a la venta en las librerías por el precio de $ 15.