Los museos no deben fumigarse
Aunque en media cuarentena los centros culturales no dejan de requerir cuidados, “no toda medida es válida para proteger el patrimonio cultural de la covid-19”, escribió Lara Gómez Ruiz en el diario catalán La Vanguardia.
En España, el Ministerio de Cultura y Deporte ha difundido una serie de recomendaciones a las comunidades autónomas para garantizar que las prácticas de desinfección no afecten la memoria.
Esa cartera de Estado recuerda en un comunicado que lo patrimonial constituye “un bien no renovable y, por lo tanto, cada acción que pueda afectar a su conservación debe ser conocida, valorada y documentada”.
Un titular reciente de diario El País lo aclara: “La lejía mata al virus, pero también al patrimonio cultural”. El periodista Peio Riaño entrevistó a la restauradora Pilar Vidal, de la Junta Directiva de la Asociación de Conservadores Restauradores de España.
“En los museos no hay ningún problema para desinfectar, los profesionales saben cómo tienen que hacer su trabajo. Pero en las iglesias” es distinto, explicó la especialista.
También consultado por El País, Román Fernández-Baca, director general de Bellas Artes, insistió en que “el mayor peligro ahora es una prevención intuitiva y entusiasta, más que científica”.
Y los siete expertos que firman los protocolos propuestos por Cultura fueron concluyentes: “Nunca fue tan fácil ayudar a nuestro patrimonio: cuídalo, no lo toques”.
Aunque las piezas patrimoniales no deben ser tocadas usualmente, “esta premisa en una situación como la de ahora, es todavía más necesaria”, advierten varios técnicos.
No solo por los daños que se pueden causar al patrimonio, sino por la permanencia de partículas víricas, “provenientes del contacto directo o por la saliva” sobre superficies.
“La lejía es la mejor aliada en los hospitales y en los hogares, y uno de los peores enemigos de los bienes culturales”, reiteró Riaño. “La desinfección del patrimonio no puede hacerse con productos corrosivos, como el amoniaco y los detergentes (...) que además generan residuos muy dañinos”.
El mismo daño pueden ocasionar en yacimientos arqueológicos o sobre objetos. Es mejor emplear las soluciones hidroalcohólicas diluidas o jabones neutros, aplicados siempre a presión baja.
Desde el Instituto del Patrimonio Cultural de España (IPC) advierten que hay que evitar que los cascos históricos sean rociados con desinfectantes. Los edificios de valor histórico no pueden ser tratados de esta manera. (I) et
No hay indicaciones claras en Ecuador ni en la región
El Centro Internacional de Estudios para la Conservación y la Restauración de los Bienes Culturales (Iccrom), el Consejo Internacional de Museos (ICOM) y la Unesco son los organismos supranacionales encargados del cuidado de la preservación de la memoria. No han emitido indicaciones específicas durante la pandemia,al igual que las entidades ecuatorianas.
El Municipio de Quito ha establecido que se fumiguen espacio públicos, de manera general. Y los funcionarios del IMP (Instituto Metropolitano de Patrimonio) ahora están teletrabajando. Su similar a escala nacional, el INPC (Instituto Nacional de Patrimonio Cultural), tampoco ha establecido medidas de cuidado para esta emergencia.
Especialistas recomiendan el uso de etanol disuelto al 70%. Siempre a baja presión. (I)