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El Telégrafo
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Memoria y horror divide a alemanes

Memoria y horror divide a alemanes
02 de diciembre de 2013 - 00:00

Berlín, Alemania.- La inversión de 70 millones de euros (95 millones de dólares) necesaria para restaurar la ‘tribuna Zeppelin’ de Nuremberg, escenario de los multitudinarios congresos del partido nazi, reabre en Alemania el debate latente sobre el mantenimiento de los edificios del horror hitleriano.

Hace años, la tribuna desde donde Adolf Hitler se dirigía a los miembros de su partido y presenciaba  desfiles en su honor presenta problemas de impermeabilización y estructura que ponen en riesgo la seguridad de los visitantes.

La rehabilitación ascendería a 70 millones de euros (unos 95 millones de dólares)Según las cifras aportadas esta semana por el diario bávaro Süddeutsche Zeitung, las obras de rehabilitación ascenderían a 70 millones de euros (unos 95 millones de dólares), coste que ha enfrentado a quienes se muestran reticentes a recordar el pasado y a quienes defienden la importancia de respetar la historia de un monumento que recibe 200.000 visitantes al año.

El régimen nazi terminó hace más de medio siglo y hoy numerosos edificios y construcciones se encuentran en una situación similar a la tribuna del campo Zeppelin, mientras que otros han sido completamente transformados.

Es el caso, por ejemplo, de la antigua prisión de Spandau (Berlín), que hoy es un centro comercial. Construida en 1876 como cárcel militar, fue luego usada para el arresto de civiles, pero no fue hasta pasada la II Guerra Mundial que alcanzó relevancia en el mundo. Allí fueron enviados varios de los dirigentes más importantes del nazismo condenados en los juicios de Nuremberg.

En otras ocasiones, el país ha optado por mantener, sin alterar, el recuerdo de la guerra.  Un ejemplo son las iglesias de San Nicolás en Hamburgo o la Gedächtniskirche de Berlín (en alemán, iglesia del recuerdo) destruidas tras la Operación Gomorra y la Batalla de Berlín, respectivamente. Tras el final de la contienda, ambas ciudades conservaron intactos sus muros medio derruidos y sus piedras ennegrecidas como memorial.

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