Dietrich: “Alemania, nunca más”
Marlene Dietrich ha quedado grabada en la historia como la bella rubia de las delgadísimas cejas y el cigarrillo colgando de sus labios, pero detrás de la imagen de femme fatale existió una mujer sensible, que vivió y sintió como suyo el dolor de la guerra, alguien tan entregado a la causa política que durante la Segunda Guerra Mundial trabajó como cantante para el ejército en el frente de guerra.
En 1943 la Oficina de Servicios Estratégicos (OSS) invitó a Marlene Dietrich a grabar un álbum para las tropas de soldados americanos estacionados en el exterior.
Entre las canciones que la artista seleccionó estaba el clásico poema de amor “Lili Marleen”, escrito por el soldado Hans Leip en 1915.
Silke Ronneburg, directora de la Colección Marlene Dietrich de la Cinemateca Alemana en Berlín, comenta que “la canción ‘Lili Marleen’ está relacionada, en primera instancia, con la figura de Lale Andersen, quien musicalizó el poema de Leip. Pero durante el transcurso de la Segunda Guerra Mundial, Dietrich incluye la canción en su repertorio y la populariza durante los años en que presentó su espectáculo para las tropas americanas”.
La canción cuenta la historia de dos amantes que deben separarse durante la guerra y esperan reunirse de nuevo en tiempos de paz bajo la misma farola donde alguna vez se despidieron. En el documental sobre la vida de Dietrich, Her Own Voice, su amiga Hildegard Knef dice que en la versión de Marlene “había una rabia en las palabras y en la manera como Dietrich las interpretaba”.
De los labios de Dietrich la canción dejó de expresar un sentimiento de anhelo por mejores tiempos y se convirtió en una especie de canción protesta, una demanda por acabar de una vez por todas con el sufrimiento que el nazismo causó en el mundo.
“La canción significaba para Marlene un himno antiguerra que comunicaba verdaderamente el sinsentido de la guerra”, afirma Ronneburg.
Aunque los planes de la OSS eran que Marlene grabara un disco para que fuera escuchado por los soldados americanos en guerra en sus tiempos libres, la canción “Lili Marleen” llegó hasta los oídos de soldados alemanes.
“La selección de la canción tuvo mucho que ver con que su título se asemeja al nombre de Dietrich y esto era interesante para el público americano. Pero la canción tocó los corazones de soldados a ambos lados del frente. Se afirma que al traer esa canción típica alemana al inglés, Marlene buscaba de alguna manera incentivar a los soldados alemanes a parar con esa locura de guerra”.
La imagen de Marlene Dietrich como una mujer sensible, política y crítica es la menos conocida de la diva.
Sin embargo, detrás de su fachada arquetípica existió una mujer entregada a la causa política y la lucha contra el nazismo.
“Marlene Dietrich fue también una figura política, alguien que tenía una clara opinión en contra de la guerra y un sentimiento de insurgencia”, acota Silke Ronneburg.
Aunque Dietrich abandona su país natal en 1930 después del éxito mundial que tiene la película El ángel Azul, dirigida por Josef von Sternberg, Alemania continuará jugando un papel fundamental en la vida y carrera de la actriz.
“Marlene no solo conservó siempre una íntima relación con su lengua materna sino también con aquellos a quienes conocía y con quienes había trabajado en Alemania. En 1960, Marlene se presenta por primera vez en Berlín y se siente de inmediato como una pura berlinesa. Marlene siempre sintió una melancolía por su ciudad y su país. Y aunque no puede decirse que Marlene veía a Alemania como su hogar, sin lugar a dudas -y ella lo dijo en sus libros- la cultura, el idioma y sus familiares siempre conservaron un lugar privilegiado en su vida”.
Marlene deja en 1944 su vida en los Estados Unidos para pasar los siguientes dos años trabajando como cantante y animadora para el ejército americano.
“Dietrich quería ser un soldado”, escribe su hija, Maria Riva en la biografía sobre su madre. “Mi madre estaba celosa de que otros hombres pudieran vestir un uniforme y luchar en el frente. De Gaulle era uno de sus héroes”.
Entre 1944 y 1945, estando en el clímax de su carrera como actriz en los Estados Unidos, Marlene Dietrich abandonó el país para viajar con el ejército americano por el norte de África y Europa Occidental, cantando frente a más de 250.000 soldados y vendiendo bonos de guerra.
Marlene no alzó armas durante la Segunda Guerra Mundial pero sí le solicitó explícitamente al gobierno americano que se le permitiera presentar su espectáculo, no en las tabernas de las ciudades donde estaba estacionado el ejército como era usual, sino junto a los soldados en el frente de batalla.
Marlene quería comer como los soldados, vivir como ellos y allá en donde ellos estaban cumplir con su función de artista como ellos cumplían con su trabajo.
“Durante lo que se conoce como Overseas Tour, Marlene toma muchos riesgos pues no solo acompaña a las tropas a Francia, Bélgica y Alemania -el corazón de la guerra- sino que también, al vivir con los soldados durante esos años, estaba expuesta a los mismos riesgos de vida y salud que ellos. Es claro que este viaje pone su vida en peligro, además sus presentaciones sucedían junto a la línea de ataque. De hecho, Marlene sufrió durante este año de una enfermedad gravísima en los pulmones y solo sobrevivió gracias a que existía la penicilina. Ella pudo haberse quedado en Hollywood pero escogió no hacerlo. Durante un año y medio presentó su espectáculo tres o cuatro veces al día para los soldados estacionados. Para eso se necesita ser muy valiente y tener gran convicción política”, señala Ronneburg.
De regreso en los Estados Unidos, Marlene Dietrich dejó el cine y se dedicó a cantar en restaurantes en Las Vegas.
En su espectáculo nunca faltó la canción “Lili Marleen”, la cual introducía a la audiencia diciendo: “Ahora, esta es una canción que es muy cercana a mi corazón. La canté durante la guerra. La canté durante tres años atravesando África, Sicilia, Italia pasando por Alaska, Groenlandia e Islandia, por Inglaterra, Francia y Bélgica… hasta llegar a Alemania y Checoslovaquia. Los soldados amaban esta canción: ‘Lili Marleen’”.
Biografía
→ “La marca de mis días”. Dietrich nace en el barrio de Schöneberg, en Berlín. Aunque muere en París en 1992, sus restos están enterrados en el cementerio del barrio donde nació la actriz. En su epitafio se lee: “Aquí me encuentro, en la marca de mis días”.
→ 16 mil 500 imágenes de Marlene Dietrich conserva la Cinemática de Berlín.
→ Una mujer política. Por su activismo político y sus contribuciones al movimiento antifascista, Dietrich se convierte en la primera mujer en ser condecorada con la Medalla Presidencial de la Libertad (1947). (I)