Desde que fuera montada por primera vez en Estados Unidos, en 1954, “El Cascanueces”, una obra cuyo género es una mezcla de cuentos de hadas con ballet, se convirtió, por alguna razón, en una especie de tradición navideña en el país del norte. Cosa curiosa siendo una obra rusa.

Compuesta por Piotr Illich Tchaikovsky en 1892, esta obra, probablemente el ballet más popular a nivel mundial, es la musicalización de la adaptación teatral de Alejandro Dumas (padre) del cuento de Erns Amadeus Hoffman, “El Cascanueces y el rey de los ratones”.

El Cascanueces narra la historia de Clara, una niña que la noche anterior a la Navidad espera con ansias, junto a su hermano Federico, los maravillosos regalos que cada año les llevaba el padrino Drosselmeier. El obsequio de este año resulta ser un muñeco Cascanueces.

Durante la noche, Clara tiene un sueño en que aparece el Cascanueces, que es feo y maltrecho, pero que le ha robado el corazón. En ese estado onírico, la niña es testigo de una batalla entre juguetes, soldados y ratones. Al despertar, el padrino le cuenta a Clara que el Cascanueces era un príncipe que se convirtió en muñeco al ser mordido por el ratón de las siete cabezas.

Al caer la tarde, el Cascanueces sale del armario donde Clara guarda sus juguetes, vence al ratón de las siete cabezas; la acompaña, a través de un sueño, en viaje por los reinos en que es príncipe, donde Clara conoce a fantásticos personajes. Al despertar, Clara sospecha que no ha sido tan irreal, pues los sueños, después de todo, son parte de la realidad, existen.

En su versión original, la puesta en escena estuvo a cargo del coreógrafo y bailarín francés Marius Petipa, el encargado del famoso Ballet Imperial de Rusia, lleno de un rigor estético y caracterizado por culminar sus obras siempre con un “pas de deux”, o dúo entre un bailarín y una bailarina.

A partir de mañana, en el Teatro Sánchez Aguilar se presentará una adaptación de esta obra, “La leyenda del Cascanueces”, dirigida por la coreógrafa quiteña Laura Solórzano, está basada en la versión de la española María Graciani y el coreógrafo francés Pascal Touzeau, de la compañía de Ballet Carmen Roche, de Madrid, España.

Solórzano, formada profesionalmente como bailarina y coreógrafa en México e Inglaterra, había dirigido también la puesta en escena del espectáculo “Entre Sábanas”, en 2008 y 2009. En la década de los 60  fue parte de la compañía de Ballet Clásico de México. 

“La leyenda del Cascanueces” es la primera producción de ballet nacional que realiza el Teatro Sánchez Aguilar, que  cuenta con un elenco integrado por bailarines de distintas escuelas de danza de la ciudad.

La prima ballerina (protagonista) de esta obra, María Clara Ambrosini, ya había representado el papel principal de “El Cascanueces” -en otra versión- en 2011, año en el que además ganó los primeros lugares en competiciones de ballet en Milán y Florida. Tiene 14 años.

“La leyenda del Cascanueces” se presenta en la sala principal del Teatro Sánchez Aguilar, mañana (20:30), el sábado (18:00) y el domingo (12:00 y 18:00). Las entradas tienen costos desde $ 10 (descuento del 50% con carné estudiantil en las boleterías del teatro).