Rubén Guarderas aspira a mostrar el ballet en todo el país y como director de la compañía nacional, cree poder avanzar en ese objetivo con Cascanueces, un clásico mundial ideal para las familias en Navidades.

Por el encanto particular de la pieza, ambientada en ese período del año a partir de un cuento de la literatura fantástica del siglo XIX, el maestro decidió presentarla en diciembre y enero en Ecuador por séptimo año consecutivo, lo cual reconoce como una apuesta similar a la de casi todos los países con un elenco nacional.

En esta época, infinidad de compañías por todo el planeta aprovechan la recreación navideña de Cascanueces para atraer a los niños hacia un mundo mágico de juguetes, nieve y dulces, donde triunfan la amistad, la valentía, el amor y cobra gran importancia la familia.

Si algo nos distingue es haber logrado ir hacia todos los sectores poblacionales del país, la voluntad de llegar a todas las provincias y hacer espectáculos realmente dirigidos a toda la ciudadanía, contó el director en entrevista exclusiva con Prensa Latina.

Las dos mil 800 butacas del Teatro Nacional de la Casa de la Cultura Ecuatoriana no alcanzaron en las dos primeras funciones para tantos interesados en disfrutar del espectáculo en una capital con dos millones y medio de habitantes y esto lo dice con orgullo.

Pero Guarderas sabe que el resultado no es casual, sino el fruto de más de tres décadas de trabajo, de presentar múltiples espectáculos didácticos y recreativos a fin de formar un público.

Hoy día, desde el escenario es bellísimo ver la platea llena, en el área central un grupo de cabecitas blancas, porque la destinamos para los abuelitos y en los laterales muchos niños y jóvenes, desde el escenario esa vista es inolvidable, aseguró.

El Ballet Nacional de Ecuador retomará Cascanueces en el Teatro Nacional los días 18, 19, 20 y 21 de diciembre y viajará a varias provincias del país también para compartir la obra de gran aceptación mundial y numerosos retos técnicos, artísticos y estilísticos para los bailarines, según refiere.

Guarderas agradeció el apoyo constante de maestros del Ballet Nacional de Cuba para su compañía y la colaboración de coreógrafos como el chileno Jaime Pinto, autor de la presente versión de Cascanueces, y el director artístico del Ballet Teresa Carreño de Venezuela, Héctor Sanzana.

Este artista hará historia en Ecuador, pues tiene previsto crear la primera versión del clásico Coppelia que se verá aquí y otra obra famosa y provocativa, Carmen, ya vista en Quito dentro de la ópera y en un estilo contemporáneo de la danza.

Carmen es un espíritu atemporal, está siempre presente en países como los de Latinoamérica, comenta en alusión a la mujer rebelde y decidida, enjuiciada por una sociedad patriarcal y canónica, pero dispuesta a defender su libertad hasta la muerte.

En lo que resta de diciembre y en enero, Guarderas conducirá la compañía por varias provincias de Ecuador, de acuerdo con su sueño de girar y girar, además el trabajo en busca de un estilo propio aún demanda esfuerzos.

Creo que estamos en un proceso todavía, porque es muy difícil llegar a tener una singularidad que nos pueda dar una imagen en cuanto a identidad, técnica, una escuela, un estilo, yo diría que todavía estamos en esa búsqueda de lograr llegar a muchos públicos diferentes y hallar una estética propia, apuntó.

La compañía exhibe un elenco multinacional con bailarines de México, Perú, Japón, Cuba y Ecuador, fundamentalmente.

Al mismo tiempo, el director destacó la academia de danza con más de 400 estudiantes, muchos de los cuales tendrán a su cargo el futuro desarrollo del movimiento artístico en el país. (I)