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Ecuador, 25 de Diciembre de 2024
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El Telégrafo
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Madiba dejó cuentos africanos a niños

La figura más representativa del mundo africano, Nelson Mandela, fallecido el pasado 5 de diciembre en Johannesburgo (Sudáfrica), deja como legado para los más pequeños una recopilación de los cuentos más bellos y antiguos de África.

Mis cuentos africanos,de la editorial Siruela, es una antología de relatos, pequeñas gotas de la esencia del continente africano en las que se da fe de valores universales a través del mundo animal, del retrato de personajes y algunos seres fantásticos.

Ilustrados por 16 artistas africanos, los cuentos recopilados por Nelson Mandela (Mvezo, 1918-Johannesburgo, 2013) versan sobre seres vivos como la liebre, ‘una pilluela ingeniosa’, según el Premio Nobel de la Paz, conocido como Madiba.

Además, el prólogo de Mandela también alude a otros animales característicos de la sabana africana como la hiena, “la perdedora de todas las historias”; el león, “el jefe de los animales”; o la serpiente, “que inspira miedo a la vez que es símbolo del poder sanador”.

“En realidad, no pretendemos decir que lo que vamos a contar sea cierto, no; en realidad no lo pretendemos”. Esta es la cita de Madiba con la que comienza el prólogo de Mis cuentos africanos, en el que el expresidente de la República de Sudáfrica recuerda que la mayoría de los cuentos ha experimentado una metamorfosis a través de los siglos.

El libro pretende devolver estos cuentos tradicionales “a través de nuevas voces a los niños de África”, después de que los mismos realizaran “largos viajes de muchos siglos por lugares remotos”.

Además, estos relatos hablan también de hechizos “que pueden acarrear la desgracia o conceder la libertad”, de personas y animales “que se metamorfosean” o de “siniestros caníbales que aterrorizan a grandes y pequeños”.

“El ave mágica que hechizaba con su canto” es el primer relato del libro, en el que se explica que procede de África oriental, que versa sobre la inocencia y el poder de los niños. El cuento fue recogido a comienzos del siglo XX en Tanganica, hoy Tanzania, por el pastor Julius Oelke, de la iglesia misionera de Berlín. Lo ilustra Piet Grobler.

La obra avanza con distintas versiones de conocidos relatos rescatados por Madiba para los niños africanos, oídos de labios de abuelas, de niñeras, padres o narradores de cuentos en torno a fogatas nocturnas. Están acompañados por unas coloridas ilustraciones de artistas como Baba Afrika, Neels Britz y Jonathan Comerford, entre otros.

Junto con los cuentos antiguos, la colección, una parte de cuyas ganancias se entregará a la Nelson Mandela Children’s Fund, incluye también algunos relatos de distintas regiones de Sudáfrica y del continente con los que se ha querido complementarla.

Por este motivo, el álbum, que va ya por la quinta edición, incluye un mapa del continente africano en el que se indica la procedencia de cada cuento, aunque advierte que “es imposible señalar con precisión dónde se originó un relato”, por lo que se opta por indicar, con unas banderitas rojas sobre el mapa, los nombres de los países y regiones incluidos en el índice.

De esa forma, se permite al lector hacerse una idea de la difusión geográfica de los relatos, procedentes, entre otros lugares, de Kenia, Lesoto, Nigeria, Zambia, Suazilandia, Marruecos, Zimbabue, Malaui, Uganda o Botsuana.

También se ha incluido, al final del libro, un glosario en el que se explican algunas palabras de difícil comprensión, que en los cuentos aparecen en letra cursiva, como “ledimo”, monstruo devorahombres, o “lobola”, precio que paga por la novia el hombre africano a los padres de su futura esposa.

“Es mi deseo que la voz del narrador de cuentos nunca muera en África, que todos los niños puedan maravillarse con los libros y que nunca pierdan la capacidad de ampliar sus horizontes del mundo con la magia de los relatos”, concluye Mandela, quien dedica la antología “a los niños de África”.

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