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Los tributos sobre la taquilla como obstáculo cultural

Los tributos sobre la taquilla como obstáculo cultural
03 de agosto de 2013 - 00:00

El pasado sábado, durante el enlace ciudadano 332, el presidente de la República, Rafael Correa, anunció que se eliminarían los impuestos a la taquilla de espectáculos en vivo, un tema que, desde hace un tiempo ya, complica las labores de los gestores culturales en eventos como conciertos u obras de teatro.

Una de las razones por las que no se organiza una mayor cantidad de conciertos o eventos con artistas internacionales en el país es la cantidad de impuestos.

Durante los tres minutos en que se refirió al tema el sábado, el Mandatario dijo que, según los cálculos del Gobierno Central, al promotor artístico se le iba cerca del 52% del ingreso de la taquilla en impuestos, lo que no tiene sentido porque para el Estado es “ganar el 52% de nada porque no se hacía espectáculos”.

Correa calificó como erróneo el cobro de impuestos sobre el ingreso en la taquilla y no sobre la ganancia, e hizo una comparación con países vecinos, como Perú y Colombia, donde, “se ven artistas de talla mundial”, entre los que citó a Madonna.

El Municipio y la JBG cobran impuestos de taquilla solo a eventos con artistas internacionalesA eso se refería hace un año Roberth Smith, líder de la banda británica The Cure, cuando anunciaba una gira luego de la semana santa de este año por varios países de Latinoamérica, excepto Ecuador. “Vamos a tocar en todos los países… Bueno, no en todos. Por ejemplo, no tocaremos en Ecuador, porque la gente no toca en Ecuador”, decía Smith, en una entrevista a la publicación Stage D, durante el Paleo Festival de Suiza.

A finales de 2012, el exasambleísta Rolando Panchana proponía cobrar el impuesto a la renta de los espectáculos en vivo solo en función de los honorarios del artista, y no de toda la logística (transporte, hospedaje, alimentación), para que esos impuestos no se reflejaran en el costo de las entradas al final.

Ahora, el Presidente propone algo distinto, pero con una finalidad parecida: atraer las presentaciones de artistas internacionales en el país. Correa también se refirió a Guayaquil, la ciudad con mayores impuestos a los espectáculos en vivo.

Un concierto u obra teatral en Guayaquil con un artista internacional paga impuestos por el 10% de la taquilla al Municipio, otro 10% a la Junta de Beneficencia de Guayaquil (JBG); 8% a la Sociedad de Autores y Cantautores Ecuatorianos (Sayce), por derechos de musicalización, y un 10% de los honorarios de los actores a la Asociación de Actores del Guayas (ASAG). Un 36% del total del ingreso de taquilla.

Basta que haya un extranjero en escena para que la obra sea considerada como internacionalEl Concejo Cantonal de Guayaquil cuenta con la Comisión de Espectáculos y Reducción de Impuestos, presidida por el concejal Daniel Saab, y completada por Doménica Tabacchi y Hanne Holst.

La comisión planteó en 2010 una reducción de entre 10%-75% en los impuestos municipales a espectáculos con artistas internacionales, en caso de que los promotores cumplieran ciertos requisitos, como ubicar una localidad popular (es decir, con entradas de hasta $ 31) o que el evento fuera de tal magnitud que implicaran beneficios turísticos o de promoción internacional.

Saab explica que ese porcentaje de descuentos se redujo un 50% al aprobarse el Código Orgánico de Ordenamiento Territorial, Autonomías y Descentralización (Cootad).

El artículo 498 del Cootad detalla que, con la finalidad de estimular el desarrollo de actividades, entre otras, culturales, los concejos cantonales podrán, mediante ordenanza “disminuir hasta un 50% los valores que correspondan cancelar a los diferentes sujetos pasivos de los tributos”.

En Guayaquil, el Municipio y la JBG cobran impuestos a la taquilla  solo cuando los eventos incluyen artistas internacionales. Los nacionales están exonerados.

Sin embargo, Saab advierte que en Durán y en Samborondón, la JBG también grava los espectáculos con artistas internacionales. “Más allá de que estoy a favor del trabajo que realiza la JBG, me parece absurdo que siendo de Guayaquil, cobre en lugares aledaños”, dice.

DATOS

Los estímulos tributarios (Art. 498 del Cootad) reducen los impuestos a la taquilla hasta   un 50%, mediante ordenanzas, con el fin de estimular el turismo, la construcción, la industria, el comercio u otras actividades productivas, culturales, educativas, de beneficencia  o de protección del medio ambiente.

El Art. 543 del Cootad
establece el impuesto único del 10% del valor de entradas vendidas en los espectáculos públicos.

Los eventos deportivos
, considerados también como espectáculos públicos, pagan  solo el 5% de la taquilla.

Las entradas de valor ínfimo
, detalla el Art. 545 del Cootad, son fijadas por los municipios, y son ingresos que no se gravan
Los promotores artísticos encuentran otras fallas. Una de estas es que, por ejemplo, en una obra de teatro, no importa la cantidad de actores nacionales, pueden ser 2 ó 20, pero basta que haya un extranjero para que la obra sea considerada internacional.

Carlos Idrovo, promotor teatral, dice que la cantidad de impuestos hace que el negocio sea arriesgado, lo que incide en la cantidad de presentaciones de una obra.

En Guayaquil, lo común es que una temporada dure los tres días de un fin de semana. “Sabes que la gente irá a 3 funciones”, dice Idrovo, “pero una presentación más es invertir más y es arriesgado”. Con ese escenario, se pregunta “¿cómo es posible que alguien haga dos meses de ensayos solo para 3 funciones?”.

Javier Cueva, promotor musical, cree que la propuesta de ley surgida desde el Ejecutivo debe ser bien analizada. Identifica un problema más allá de la alta tasa de impuestos: la forma de pago. “Tienes que dar una garantía, por el valor total del impuesto municipal”.

Es decir, si la taquilla tiene un valor de $ 100.000, antes de la venta, hay que entregar un cheque certificado por $ 20.000. Si la venta es solo de $ 80.000, “tengo que entregar otro cheque certificado por $ 16.000 para anular el cheque de $ 20.000”, dice Cueva.

El promotor musical explica que “el problema entonces no es solo económico, sino artístico. Impide una mejor producción”, pues los riesgos no permiten “invertir en mejores músicos  o en más artistas”.

En ese sentido se refiere a los honorarios de los actores, cantantes o bailarines que hacen el espectáculo. “Todos dicen que al artista le pagan poco, pero lo que se paga es lo que el mercado puede pagar”.

Francisco Aguiñaga, actor y productor teatral local, cree que es necesario redefinir “cuándo un promotor es ecuatoriano y cuándo no”, porque cree “injusto” que al haber un solo artista extranjero en escena sea suficiente para gravar un espectáculo como internacional.

Sin embargo, si bien apoya que se eliminen los impuestos a la taquilla, también opina que la ley propuesta por el Ejecutivo debería tener en cuenta las políticas de protección de artistas nacionales.

La Ley de Comunicación, por ejemplo, considera que una producción audiovisual es nacional cuando al menos el 80% del equipo está conformado por ecuatorianos.

Aguiñaga señala que una obra de teatro puede tener a extranjeros en los roles de dramaturgia, dirección o cualquier trabajo fuera del escenario sin que el evento sea gravado. Agrega que sería conveniente estandarizar las tasas de impuestos de espectáculos en el país.

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