Los Harman y Alfaro “corrieron el riesgo”
The Guayaquil & Quito Railway Company, firma liderada por el general Eloy Alfaro y los hermanos Archer y John Harman, avanzaba con vehemencia en la construcción de la línea férrea más riesgosa del mundo, que unió a la Costa y la Sierra y que se convirtió en el principal medio de transporte del país.
La Red Ferroviaria del Ecuador fue calificada por el Gobierno como “Monumento Civil y Patrimonio Histórico, Testimonial y Simbólico” y en abril del 2008 fue declarada Patrimonio Cultural del Estado por el Instituto Nacional de Patrimonio Cultural (INPC).
Luego se expidió el decreto de Emergencia Vial y el de Patrimonio Cultural para asignar 25 millones de dólares para iniciar la obra, y hoy, 23 de los 965 km son operativos.
Harman llegó a Guayaquil en marzo de 1897 para hacer un reconocimiento de la línea y convencer al gobierno de Alfaro de concederle el contrato. Harman tuvo éxito y la concesión se firmó el 14 de junio de 1897.
Durante la construcción, Archer Harman fue condenado por los enemigos de Alfaro como un yanqui explotador y ladrón. Los críticos de la obra denunciaron la mala administración de Harman.
Cuando se emprendió la obra trasandina llegaron a "la base cero", como se conocía a Durán, ciudadanos de todo el país: jamaiquinos, italianos, ingleses y norteamericanos. Entre los trabajadores surgió la “Hermandad de Jubilados Ferroviarios”.
Las asociaciones de ex trabajadores o hermandades se encuentran en los antiguos talleres y estaciones del ferrocarril: Durán, Bucay, Huigra, Alausí, Riobamba y Quito.
En este espacio de reunión, mensualmente, se rememoran las vivencias de más de seis mil jubilados que trabajaron entre 1945 y 1975, la época de oro del ferrocarril del sur.