Hacer gestión cultural en Guayaquil es una ardua tarea. Por un lado quienes realizan esta actividad -la mayoría de veces- también son artistas, interesados en promover su propio trabajo. A diario se enfrentan a la falta de políticas públicas que regulen los espacios que se generan a partir de la formación de nuevos grupos artísticos, tal es el caso de la Casa Clandestina o la Casa Fantoche; incluso para acceder a espacios públicos. A esto se agrega la falta de coordinación y diálogo entre los distintos colectivos artísticos. Esta vez, varios de ellos han decidido consolidar su gestión en una red.

Desde octubre de 2014, alrededor de 50 gestores culturales independientes de la ciudad se reúnen para  conocer mejor sus actividades, necesidades y constituir una red.

La primera reunión se realizó entre  representantes de 19 agrupaciones locales, en la Casa Clandestina en octubre. Hasta el momento se han realizado dos más de su tipo y sostienen la idea de que los encuentros se realicen de manera mensual.

Uno de los acuerdos a los que han llegado a partir de estos encuentros es la distribución de mesas de trabajo. Hasta el momento se han integrado mesas de formación, políticas públicas, formación de públicos y espacios públicos. Estas se determinaron a partir de una encuesta, realizada por quien ha liderado la organización de los gestores de la ciudad, Marina Marcian, una española que llegó al país en 2012.

Desde su llegada, Marcian detectó varios aspectos de los gestores independientes que impiden consolidar la oferta cultural. Ella es quien dirige la mesa de formación, sobre la cual comenta que la idea es trabajar de forma integral en varios aspectos que requiere un gestor cultural en el medio que se desenvuelve, además de intercambiar ideas entre quienes integran la red. Por el momento, se han desarrollado dos talleres. El primero fue con el artista Xavier Blum, sobre pensamiento crítico y el segundo con Melina Alvarado de producción, auspicios y presupuesto de eventos.

Por su parte, la mesa de políticas públicas trabaja en la revisión de aspectos conceptuales sobre el enfoque que tiene en el contexto guayaquileño un gestor cultural.

La mesa de formación de públicos, presidida por Janina Suárez, indaga en torno a la falta de espectadores en la ciudad, o de público recurrente -que siempre es el mismo-. Para Suárez, la formación de públicos debe reconsiderar -primero- la oferta que genera, además de iniciar un trabajo con la comunidad. En principio, la reflexión que se ha planteado desde esta mesa -indica- parte de la evaluación de quienes integran la red como parte de la audiencia.   

Según Xavier Blum, dedicado a la gestión cultural, el trabajo que los gestores conforman está en una fase de capullo. Desde su visión, el trabajo en la gestión cultural siempre  ha demandado de más apoyo de parte de entidades estatales, pero esta vez el grupo no plantea estancarse en solicitudes, sino conformarse de manera sólida, en un proceso que permita dejar claras sus necesidades y extrapolarlas a un proyecto de ley, como han hecho otros colectivos.  

“Queremos una demanda global para nosotros en la práctica. Demanda que sea global para los gestores en la práctica, generar diálogos”, indica Janina Suárez. Para Carolina Piechestein, quien dirige la CasaClandestina, esta organización es importante, considerando que en la actualidad hay un incremento de actividades culturales en la ciudad y la única forma de que duren es trabajar de forma ordenada.

Suárez señala que trabajar en red es complejo por temas de coordinación, además de los distintos intereses que se conjugan. El tiempo podrá decantar el trabajo de esta organización.