“Los 70 años de Jagger no son los míos. Yo me maltrato”
Madrid, España.- El "tipín" lo conserva y sigue dándolo todo en los escenarios, pero hasta ahí las similitudes entre Mick Jagger y Luis Eduardo Aute: "él está pendiente todo el día de su biología y yo me maltrato", asegura el cantautor, que mañana llegará a los 70 "tacos" que cumplió el británico el pasado julio.
"Por fuera parece que estoy bien, pero habría que ver por dentro", especula modesto sobre la benévola genética que le mantiene asombrosamente parecido a aquel muchacho que debutó en 1966 con Diálogos de Rodrigo y Jimena y que ahora, casi cinco décadas después, "solo" aspira a seguir haciendo lo que hace.
"Jagger se cuida muchísimo. Sus 70 años no son los míos. Él está todo el día pendiente de su biología. Yo me maltrato, aunque nunca me ha pasado nada de nada, a no ser un cólico nefrítico en pleno concierto... ¡y estuve 40 minutos aguantando el palo!", presume.
Pero es que además fuma, "mucho", y dice que lo seguirá haciendo porque -argumenta mientras se enciende otro pitillo- "ya es muy tarde para dejarlo" aunque esté consciente de que es "el vicio más estúpido que existe".
Odia "cordialmente" el escenario, sin embargo, da cerca de 50 conciertos al año y sigue haciendo girasAutor de cerca de 400 canciones e intérprete, además de director de cine y pintor, odia "cordialmente" el escenario, pero no por eso deja de dar cerca de 50 conciertos al año y sigue haciendo giras como la de este verano, en la que ha estado en México, Colombia, Bolivia y Costa Rica. Regresó a Madrid, donde vive, para tomarse un "descansito" y "enseguida" retomará el tour americano, esta vez por Argentina, Uruguay y Chile.
Entre medias intenta terminar la sexta entrega de sus Poemigas, textos breves con juegos de palabras, aforismos, "algún chiste" y dibujos, dedicado esta vez a los animales y a las hadas, y ha vuelto a pintar. "Después de mucho tiempo he recuperado los santos óleos", bromea rodeado de pinturas en su estudio.
Aute (Manila, 1943) está preparando también un nuevo disco, del que ya "asoman" algunas cosas, algunos "motivos" con forma de canción que ahora el cantautor tiene que desarrollar.
"Para mí todas las canciones son de amor. El hecho de cantar es una expresión de amor a la vida, a la gente, al trabajo... Son muchos tipos de amores", apunta sobre la "temática" del que sería su disco número 33, tras El niño que miraba al mar, presentado en 2012.
Las inquietudes de una sociedad convulsa y las circunstancias que gravitan sobre ellas en unos tiempos de incertidumbre y mutación histórica inciden en la vida colectiva, sostiene, y se manifiestan por cualquier medio.
Internet, clama, ha sido la espita por la que se ha filtrado "el caos absoluto", lo que ha marcado "un antes y un después" en un mundo que "no tiene horizonte, en el que parece que todo ha fracasado, una apariencia que esconde una realidad durísima".
Él, que no tiene ni teléfono móvil ni cuenta en Twitter "ni nada de nada de todo eso que suena cómic", está convencido de que "el control absoluto" de los ciudadanos merced a esas tecnologías se pondrá más tarde o más temprano en evidencia, y entonces se buscará "otra forma de relacionarse".
Recibirá su 70 cumpleaños "como uno más", porque, aunque disfrutó mucho con la fiesta sorpresa que le hicieron por su medio siglo, no es "muy de celebrar".
"Soy incapaz de pensar más allá de la semana que viene, hacer planes a largo plazo, me parece una temeridad, así que a lo único que aspiro es a seguir haciendo lo que hago y meterme en estos líos, porque no sé hacer otra cosa", remata mientras se enciende otro cigarrillo.
Albanta, Slowly y Auterretratos son algunos de los discos de Aute, que estuvo en Quito en 1996, participando en la edición de ese año del concierto Todas las voces todas.