Libro de Herrera Aráuz evoca lucha estudiantil
Quito, Ecuador.-
Francisco Herrera Aráuz, periodista y abogado ecuatoriano, autor del libro “Si callan a los míos...gritarán hasta las piedras”, en el que narra un capítulo de la historia de Ecuador de la que, además, fue protagonista, explica que la obra es una reivindicación estudiantil contra el alza de los pasajes del transporte público ocurrida en 1978 que recuerda el hecho como uno de los detonantes para que finalizará la dictadura de entonces.
En abril de 1978 la orden de la dictadura, regida por la Junta Militar, de elevar en un 40% los pasajes, “un incremento que para una sociedad pobre era mucho dinero”, provocó una protesta estudiantil que duró 21 días, explicó.
Estudiantes de 32 colegios de Quito, congregados en una red de consejos estudiantiles, protestaron en las calles. “En principio era simple, pero en esos 21 días se convirtió en una auténtica revuelta estudiantil” a la que se sumaron los comités de barrios, dice.
Herrera Aráuz, quien actualmente dirige el portal informativo Ecuadorinmediato.com, recuerda que cientos de estudiantes fueron detenidos por alguna contravención, pero como eran menores de edad enseguida los tenían que liberar, dice.
“El Ejército sacó las tropas a las calles, nos declararon guerrilla urbana y eso sumado al problema del enfrentamiento terminó con heridos, toma de hospitales, afectación de personas, se clausuraron colegios, todo un conflicto que no nos imaginamos que se iba a dar”, rememora quien fuera dirigente estudiantil.
Apunta que aunque no lograron que la dictadura retrocediera en su decisión sobre los pasajes, la movilización “fue uno de los disparadores” para el fin del régimen, pues meses después se convocaron a elecciones y ganó los comicios Jaime Roldós.
Ese fue el “triunfo moral más fuerte que se logró de esta movilización”, subraya Herrera Aráuz, quien presentó ayer el libro tras cerca de tres años de investigación con datos aportados, además, por otros testigos de los hechos.
Con el libro pretende “recuperar un pedazo de la historia que no había sido contado, que es de una generación que está viva, activa, presente”, comenta. Para Herrera Aráuz, cada movimiento estudiantil responde a condiciones diferentes y la que relata en el libro era “difícil y extraña”.