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La capacidad es de 720 localidades

Las campanas del ‘Martí’ volverán a repicar en La Habana

Vista interior del Teatro Martí en La Habana, una reliquia patrimonial del siglo XIX que reabrirá sus puertas el próximo lunes. Foto: EFE
Vista interior del Teatro Martí en La Habana, una reliquia patrimonial del siglo XIX que reabrirá sus puertas el próximo lunes. Foto: EFE
18 de febrero de 2014 - 00:00 - Agencia EFE

El elegante Teatro Martí de La Habana, una reliquia patrimonial del siglo XIX que fue meca del bufo, el vodevil, la zarzuela y la ópera, reabrirá sus puertas el próximo lunes tras cerca de 40 años de inactividad, con el renovado esplendor devuelto por una compleja restauración.

Un equipo de arquitectos, diseñadores, restauradores, muralistas, investigadores, electricistas, constructores, carpinteros y otros especialistas, acometió la ardua labor de reconstrucción del también llamado Coliseo de las cien puertas, para devolverlo a la vida pública con su esencia de antaño y un necesario toque de modernidad.

Restaurarlo lo más fielmente posible al original y acorde a un teatro tradicional contemporáneo para usarlo en representaciones dramáticas, musicales, bailables y reuniones, fue el objetivo principal de la obra, explicó la proyectista general, Marilyn Mederos.

Esta instalación de estilo neoclásico, inaugurada el 8 de junio de 1884, se llamó al principio Irijoa -como su dueño, el vasco Ricardo Irijoa-, pero en 1901 tomó su nombre definitivo en homenaje al héroe nacional José Martí, prócer de las guerras independentistas de la isla.

La función que marcó su apertura fue a beneficio del convento El Buen Pastor y, posteriormente, transitaron por su escena varios shows, desde compañías del género bufo criollo y el circo de Santiago Pubillones hasta zarzuelas, operetas, y el estreno en Cuba de la ópera La Bohème, de Giacomo Puccini.

El Teatro Martí, ubicado en el Centro Histórico de la ciudad, guarda también en su legado el haber sido la sede en la que se redactó la Carta Magna de la República cubana que se estrenó el 20 de mayo de 1902.

Debido al deterioro de su infraestructura, la sala cerró desde finales de la década del 70 del siglo pasado y no fue hasta 2000 que comenzaron los trabajos para su conservación y remozamiento, los cuales tomaron un ritmo consecutivo a partir de los años 2005-2006, explicó la arquitecta Mederos.

El concepto de restauración que ha primado en esta obra lleva aparejado tanto la labor de restauración como la conservación de la parte patrimonial, histórica y arquitectónica del edificio, indicó.

Con esa directriz se ha podido conservar toda la fachada de piedra, parte de la herrería original, la reja que circunda su perímetro, restaurar los entrepisos y escaleras de madera, en tanto que los elementos rescatados han servido para copiar y restituir los que faltaban, detalló.

Una de las zonas que requirió una restauración de nivel mayor fue el falso techo de la sala, uno de los elementos decorativos más importantes de este teatro, que se desmontó para hacer toda la estructura nueva y reproducir las decoraciones a partir de las originales.

En el caso específico de la carpintería estilo francesa de los ventanales se repitió a partir de fotos históricas y en interiores se colocó una doble capa de madera como aislante del ruido externo para lograr un reforzamiento acústico que se rematará con unas cortinas de grueso terciopelo y el alfombrado.

Los aires renovadores llegados al ‘Martí’, que contará con 720 plazas en su mobiliario entre las butacas de la platea y las sillas de los palcos y el tradicional ‘gallinero’, del tercer y último piso, fueron recreadas con normas del confort contemporáneo.

Como reconstruir implica modificar, Mederos dijo que se hizo una nueva torre de tramoya y de igual manera un bloque de camerinos, el sistema de mecánica escénica, de luces y audio, así como un edificio anexo en el que estarán las salas de ensayos, oficinas, los servicios administrativos, y áreas de apoyo.

“Es un teatro con vestíbulos muy pequeños concebidos para transitar desde el área exterior hacia los diferentes pisos, pero los entreactos se desarrollan en estas áreas exteriores”, apuntó la proyectista.

Gretel Álvarez, otra de las especialistas responsables del proyecto, cifró la inversión total en 22 millones de pesos cubanos y de estos unos 6 millones en pesos convertibles (equivalentes a dólares).

Calificó de “gran envergadura y significativa complejidad” la reparación capital practicada al emblemático teatro habanero que es, según su valoración completamente, “atípica” en toda su secuencia constructiva realizada por empresas de la Oficina del Historiador de la Ciudad, Eusebio Leal, y del Ministerio de Cultura cubano.

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