Entrevista / Lucía Lema / Poeta, traductora y comunicadora
La poesía sostiene la mitología kichwa
Por: Regional Norte
Lucila Lema es poeta kichwa, traductora y comunicadora. El idioma con el que aprendió a comunicarse de pequeña, el idioma de sus padres, el kichwa, pudo aprender cómo escribirlo durante sus estudios en la Universidad Central de Quito y significó para ella “una forma de rescatar el idioma”.
Como representante de los pueblos y nacionalidades indígenas del Ecuador ha participado en varios encuentros de poesía indígena alrededor del mundo. Hace un mes estuvo en Génova, Italia, donde dio a conocer su poesía. En México ha participado en el Festival Carlos Montemayor, donde solo participan poetas indígenas invitados de América Latina.
¿Cómo surgió tu interés por la poesía?
Comencé a escribir poesía cuando estaba en el colegio, pero tengo que decir como antecedente que mi padre siempre nos contaba historias. Yo le decía que es un cuentero.
¿Qué tipo de historias te contaba?
Bueno, sobre todo, historias mitológicas, de las montañas y de la Madre tierra. Crecí con estos relatos. Además, mi madre interpretaba sueños.
Había muchas chicas de colegio que la buscaban para que interpretara lo que soñaban. Cuando estaba en el colegio, pensé varias veces cómo podía contar todo eso.
Todo ese conocimiento era oral, porque mis padres no saben leer ni escribir en kichwa. Así nació la inquietud y empecé a escribir primero para mí.
¿Entonces tus poesías abordan esos temas?
Sí, claro, mi poesía refleja estas historias; por ejemplo, de la mitología, las historias de los niños de la comunidad y de nosotros los migrantes, porque mis padres son migrantes.
Viven ya mucho tiempo en Quito. También quería rescatar el idioma, porque yo no sabía escribir en kichwa, solo hablar.
Como vivo en Quito, nunca pude ingresar a las escuelas bilingües. Creo que todo esto fue una lucha interna. A la final comencé a prepararme y a escribir.
¿Te costó mucho aprender a escribir en kichwa?
Sí. Yo aprendí a escribir y a leer en kichwa recién cuando empecé a estudiar en la Universidad Central, en Quito.
Recuerdo que en la Facultad de Comunicación Social los estudiantes podíamos escoger entre seguir cursos de inglés o kichwa. Como sabía hablar bien en kichwa, aprendí con más facilidad a escribir en este idioma. Ahora ya no tengo ninguna dificultad.
¿Cuándo empezaste a escribir poesía?
Tenía entre 17 y 18 años cuando empecé a escribir en el papel. He tenido la suerte de participar en varios encuentros.
El Ministerio Coordinador de Patrimonio hizo 2 antologías: una de poesía escrita por mujeres ecuatorianas y otra de mujeres latinoamericanas. Participé en ambas.
¿Has intervenido en encuentros de poesía indígena?
Sí y, además, hace 4 años comencé a organizar encuentros de poesía indígena para motivar a los jóvenes kichwas a valorar el idioma y aprender a escribir y leer en kichwa.
Con la ayuda de otros artistas, escritores y profesionales organizamos festivales de poesía, como la Fiesta del Maíz, un encuentro de poesía indígena del Ecuador. Se realiza desde 2012 y se ha llevado a cabo en Quito, Otavalo y Latacunga.
¿Estos encuentros cuentan con apoyo gubernamental?
Lo que ocurre es que no hay mucho financiamiento para este tipo de iniciativas culturales. A pesar de ello, cada año crecemos un poco.
Ahora hemos decidido organizar la Fiesta del Maíz cada 2 años. Tenemos que hacer gestiones con los ministerios.
Después de vivir en Quito, ¿tu poesía tiene elementos urbanos?
Sí, claro, precisamente, como he vivido mucho tiempo aquí en Quito, en algunas de mis poesías hay una mezcla de lo campesino con lo urbano, y también abordo los temas de la cosmovisión indígena sobre la naturaleza. La lluvia y el agua son mujeres, la montaña es hombre. (I)