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“La literatura se restringe a cada país”

“La literatura se restringe a cada país”
05 de abril de 2013 - 00:00

05-04-13-cultura-Daniel MordzinskiDiego Paszkowski (Buenos Aires, 1966) es hoy uno de los mejores narradores de la literatura argentina actual. Encasillarlo en un solo género resulta virtualmente imposible: ha incursionado en la novela policial con “Tesis sobre un homicidio” (Premio diario La Nación 1998), la acción y las aventuras con “El otro Gómez” y hasta la prosa poética con “Alrededor de Lorena”. Y para fines de año prepara el lanzamiento de “Max Rosen”, su cuarta novela, en la que retrata muchas de sus propias experiencias en el seno de una familia judía argentina.

Pero este escritor y traducido ya a varios idiomas no se queda quieto. También dedica parte  de su tiempo a la música: le ha puesto letra a temas que hoy suenan en las radios porteñas. Y hasta se ha dado el gusto de tener una pequeña participación actoral en la película “Tesis sobre un homicidio”, basada en su novela homónima, interpretada por Ricardo Darín. El filme ha sido visto, desde su estreno en enero pasado, por más de un millón de espectadores, y convirtió a la novela, 14 años después de su publicación, en un best seller del verano austral.

¿Cómo fue que “Tesis sobre un homicidio” pasó de ser una novela publicada hace 14 años y difícil de conseguir en las librerías, a un best seller y en una de las películas más taquilleras de los últimos tiempos en Argentina?
Tuve la suerte de que Patricio Vega, un buen guionista, responsable entre otros de la conocida serie televisiva “Los Simuladores”, y un excelente director, Hernán Goldfrid, que había hecho la comedia “Música en espera”, leyeran mi novela y vieran en ella una película. Cuando se sumó al proyecto la productora de Diego Dubcovski y se logró que nada menos que Ricardo Darín, el más convocante actor de la actualidad, aceptara hacer el protagónico, ya se sabía que se trataría de una gran película, lo que motivó a mi editora de Sudamericana, Florencia Cambariere, a volver a presentar mi novela, esta vez con el afiche de la película como tapa, y así fue como durante todo este verano “Tesis...” quedó en las listas de best sellers, junto a las “Sombras de Gray” y el nuevo libro de J.K. Rawling, cuando “Tesis sobre un homicidio”, aún, a pesar de haber ganado el premio del Diario La Nación, estaba más destinada a ser una novela “de culto” que a competir con los “tanques” internacionales.

¿Es difícil publicar hoy en Argentina?
 Siempre es difícil publicar, y más en una buena editorial. Es difícil ya lograr que accedan a leer un manuscrito, aunque yo intento siempre presentar a mis mejores alumnos, y ansío que me acepten para dirigir una colección de jóvenes narradores, como alguna vez logré hacerlo en Sudamericana, en los tiempos en que su directora era un alma sensible como Gloria Rodrigué, y mi editor era nada menos que Luis Chitarroni. También hay nuevas editoriales de libros “bajo demanda”, como por ejemplo “El fin de la noche”, a las que es más sencillo acceder.

¿Hacia dónde mira y en qué se refleja la literatura argentina actual?
No lo sé. Prefiero hablar de casos puntuales. A mi gusto, la mejor literatura actual la produce un viejo maestro, Andrés Rivera, con un ojo puesto en la historia reciente, la de la última dictadura militar de los años 70, y otro en lo que se conoce como historia argentina.

¿Sigue como un faro en la región?
Creo que, salvo casos puntuales, la literatura latinoamericana, por cuestiones netamente empresariales de las grandes casas editoras, se restringe a cada país. Luego del boom latinoamericano, creo que eso es lo que sucedió con casi todos los escritores, salvando las honrosas excepciones de Luis Sepúlveda y de Roberto Bolaño.

¿Hacia dónde va América Latina?
Espero que no solo América Latina sino todo el mundo marche hacia un lugar de menor desigualdad. Es inconcebible que, con las riquezas del mundo, aún haya en cualquier lugar del planeta necesidades básicas insatisfechas. Creo que debería haber un acuerdo mundial en el que la educación, la comida, la vivienda y la salud estén garantizadas para todos, y que solo a partir de esa premisa básica resuelta se pueda pensar en el sistema, capitalista o socialista, que se quiera.

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