La lista de Schindler, en el centro de una batalla jurídica en Israel
Miles de documentos del industrial alemán Oskar Schindler, famoso por salvar a miles de judíos durante la Segunda Guerra Mundial, están en el centro de una batalla jurídica entre la albacea argentina de su viuda y la institución judía Yad Vashem, que se disputan su propiedad.
Erika Rosenberg, biógrafa argentina, albacea de Emilie Schindler, se enfrenta a la prestigiosa institución por la propiedad de esos documentos, entre los cuales figuran cuatro copias de la famosa lista de Schindler, en manos de Yad Vashem desde 1999.
El original de ese documento que enumera los nombres de los judíos empleados y salvados por Schindler fue destruido al final de la guerra.
Los papeles estaban en una maleta entregada al memorial de la Shoah en Jerusalén y no pertenecía a Emilie Schindler, afirma Yad Vashem, organización encargada por ley de conservar y estudiar todos los documentos relativos a la historia del Holocausto.
Erika Rosenberg asegura, por su parte, que la institución judía usurpó la propiedad de los documentos.
El industrial alemán Oskar Schindler, miembro del partido nazi, salvó la vida de 1.200 judíos al contratarlos en sus fábricas. En 1993, la película La lista de Schindler de Steven Spielberg dio a conocer su historia en todo el mundo.
Tras la guerra, Schindler emigró con su esposa a Argentina antes de regresar solo a Alemania en 1958.
La maleta con los documentos y las fotos de Schindler fue encontrada en Alemania en el domicilio de una tal Annemarie Staehr.
En su querella ante un tribunal israelí, Erika Rosenberg asegura que Oskar Schindler era el amante de Annemarie Staehr y acusa a ésta última de haberse apropiado de la maleta tras la muerte del industrial en 1974.
Yad Vashem afirma, sin embargo, que la relación entre Schindler y Staehr era platónica y que él le regaló la maleta. Los documentos no fueron, por tanto, nunca propiedad de Emilie Schindler, defiende el memorial.
Ambas partes coinciden en un punto: fueron los hijos de los Staehr quienes encontraron la maleta tras la muerte de sus padres a finales de los años 1990 y la entregaron a un diario alemán.
Cuando se dio a conocer la existencia de esa maleta, Emilie Schindler emprendió acciones legales para recuperarla. Pero, cuando un juez alemán ordenó que se devolviera a la viuda, Yad Vashem ya la había recibido con la ayuda del corresponsal del periódico.
Valor histórico
En 2001, Emilie Schindler abandonó Argentina para visitar Alemania donde falleció el mismo año sin descendencia.
Durante los últimos años de su vida, la anciana trabó amistad con Erika Rosenberg, su biógrafa y albacea.
Yad Vashem presenta a Rosenberg como "una querellante en serie".
Naor Yair Maman, el abogado que representa a Rosenberg, afirma que su clienta trató de recuperar en vano esos documentos durante años, y que emprendió acciones legales en 2013, tras fracasar en sus intentos.
"Aunque se puede considerar que, desde un punto de vista histórico, esos documentos deberían estar en manos de Yad Vashem, uno no puede atribuirse el derecho de conservar documentos que no le pertenecen, sobre todo en un país liberal", asegura Maman.
Yad Vashem afirma que consiguió "esos documentos de forma legal" y que "nunca escondió que estuvieran en su poder".
La institución judía recuerda "el valor histórico de primer orden" de los documentos, en un comunicado enviado a la AFP.
El tribunal de Jerusalén tendrá una sesión preliminar sobre este caso el 15 de abril.