Habrá 26 distintas funciones durante 17 días
La Fiesta Escénica inició con un musical para adolescentes
Hay una condición de los musicales —latente en el canto, en el baile que contienen— que los hace transmisores de relatos intimistas, los cuales difícilmente pueden narrarse desde otras artes. El arribo hacia la adultez explorado como una obligación homérica y, a su vez, como la aceptación de un pacto como el adquirido por el Fausto de Johann Goethe tejen la trama de sentidos de Despertares, la obra que inauguró la Fiesta Escénica en Quito, la noche del jueves pasado, durante la función que se dio en el centenario Teatro Nacional Sucre.
Las voces del Coro Mixto ciudad de Quito y el Coro Juvenil de la Fundación Teatro nacional Sucre constituyeron más que el soporte de una interpretación a la que asistieron, como invitados, jóvenes de ambos géneros. La historia —que en su totalidad pudo erigirse como un reflejo para estos espectadores— recibió aplausos en cada acto y las sonrisas parecían proyecciones que lograban identificaciones inmediatas, aunque inconstantes. La atención se dispersa en la edad en que las hormonas parecen incontrolables.
El Despertar de la Primavera, de Frank Wedekind, es casi un síntoma de la época y lugar en que se estrenó (Alemania, 1891), un cuestionamiento a la autoridad desde las condiciones más legítimas: las de quienes dejan la inocencia de la niñez al paso infranqueable del tiempo.
El origen angloamericano del musical como género suele limitarlo a las interpretaciones en esa lengua, complicando las adaptaciones, en especial a lenguas latinas. Pero esta versión en castellano, sin acento local, no desentonó, al igual que las pianistas Zelfa Díaz y Chinatsu Maeda, a cuyas notas le otorgaron una cuota de brillo las cuerdas y percusión de la orquesta presente.
El teatro y la danza son protagonistas del FIEQ 2015, cuyos 31 eventos se dan entre el 10 y el 27 de septiembre en los escenarios de los teatros: Nacional, Variedades, México, Sucre; y el Centro Cultural Itchimbía. Esta noche será la segunda función de Un Enemigo del pueblo y el estreno de la obra mexicana Más pequeños que el Guggenheim. (I)