Una frase del novelista francés Gustave Flaubert sirvió de título al libro de cuentos que Miguel Donoso Pareja publicó en 1990: Todo lo que inventamos es cierto. Y una mayor certeza que lo inventado es el hecho de que el escritor guayaquileño es uno de los más prolíficos formadores de otros autores a través de sus talleres, impartidos dentro y fuera del país.

Incluso lo hizo durante su exilio en México, donde un joven Juan Villoro llegó a convertirse en una suerte de discípulo suyo (en la década de los ochenta trabajó en dos barcos mercantes y hasta militó en un partido político “para seguir su ejemplo”, según ha comentado).

Fue precisamente Villoro quien le rindió un homenaje a Donoso Pareja durante la pasada Feria del Libro de Quito, en la presentación de sus Cuentos completos (Fondo de Cultura económica, 2014). Allí recordó que su maestro le dijo alguna vez que los talleres literarios podrían ser como las muletas que tenía un herido que se recupera pronto, pero tiene miedo de seguir caminando por cuenta propia, entonces, debe integrar la tijera del crítico a su interior para continuar como lo hizo el autor de Arrecife.

Un tercer escritor y catedrático universitario, el mantense Ubaldo Gil Flores (1965-2013), también fue beneficiario de las muletas que Donoso Pareja enseñaba a usar con el fin estético de librarse de ellas. Pero Ubaldo sacaba de vez en cuando sus tijeras para ejercer otro oficio que Donoso defendía, la crítica. Algunos tijeretazos le sirvieron  para fundar el grupo de teatro La Trinchera, desde la cual escribía críticas en torno a ese arte. Luego fundó la editorial Mar Abierto, la cual dirigió durante 13 años.

Antes de que el Fondo de Cultura Económica editara los cuentos de Donoso Pareja, Ubaldo Gil tuvo la idea de publicar su obra ensayística. “Entonces contactó con el autor, le solicitó los derechos de reedición y seleccionó los libros incluidos en la recientemente publicada Obras completas (Mar Abierto, 2014)”, recuerda el poeta Alexis Cuzme, encargado de la edición y de las correcciones al estudio introductorio que hizo Paúl Puma.

Este último escribió que los escritores Maritza Cino y Jorge Velasco Mackenzie —otros dos de sus talleristas— “reinventan, ahora, su método de la Crítica Formal Dinámica que fue creado en México y que tuvo repercusión literaria en los años ochenta y noventa (los talleres de Donoso transcurrirían en México, Quito —1982—, Guayaquil —1986 en adelante— y Manta —1988-1992—). Los extalleristas posibilitan, tal como Donoso, esa ajenidad del lector-crítico frente al texto del otro y el descubrimiento del fondo y de la verosimilitud más allá de las formas, así como el fortalecimiento de aspectos necesarios para la sólida construcción narrativa”.

Es ese método el que constituye sus ensayos, compilados en la reciente publicación y agrupados en los capítulos: ‘Ecuador: identidad o esquizofrenia’ (alrededor de la identidad y el regionalismo); ‘Los grandes de la década del treinta’ (una enmarcación del realismo social en la estética romanticista y costumbrista); ‘Nuevo realismo ecuatoriano: la novela después del treinta’ (una lectura metalingüística de distintas tendencias narrativas); ‘Novelas breves del Ecuador’ (otro ejercicio de crítica literaria que busca incentivar la lectura); y ‘La violencia en el Ecuador y una respuesta identitaria’ (una disquisición sobre el exilio como respuesta a los excesos del poder que derivará en un cambio colectivo).

Siendo un autor octogenario que no puede estar presente en los homenajes que se llevan a cabo en su honor por cuestiones de salud, Obras completas de Donoso Pareja amplía sus posibilidades de provocar nuevos reconocimientos.