Francia
La demolición, el último brillo del homenaje al grafiti
Nacido para morir, el monumento parisino al ‘street art’, un edificio de nueve plantas totalmente decorado por un centenar de grafiteros, vivió ayer su último acto, su demolición, convertida por los organizadores en una nueva expresión artística.
Unas 15.000 personas visitaron en octubre esta muestra del arte efímero que se ha convertido en un fenómeno de masas, con grafiteros de todo el mundo. ‘Tour Paris 13’ se vanagloria de haber sido “el mayor museo del mundo del arte callejero” y en su momento final, su reducción a polvo, lo hizo también de forma original, como un homenaje a la forma que el grafiti se enfrenta al tiempo.
“La destrucción forma parte de la obra. Nadie hace un grafiti para que dure siempre, su fin es la desaparición”, asegura Mehdi Ben Cheikh, el ideólogo de lo que es ya para muchos una leyenda del arte urbano.
El grafiti no se opone al paso del tiempo y, como estaba previsto, el monumento parisiense ha tenido la vida efímera con la que fue creado.
“Tour Paris 13” se instaló en un edificio de viviendas sociales que sus propietarios tenían previsto derribar para construir apartamentos de lujo para propietarios más adinerados. Las grúas acabaron primero con la fachada, dejando al descubierto las paredes decoradas por los grafiteros.
La demolición fue filmada por Thomas Lallier, para convertir la vida de ‘Tour Paris 13’ en un documental que será el último resquicio de una muestra artística que vivió para no durar. EFE