Un grupo mixto de aproximadamente 20 personas se reúne una vez al mes. El lugar es lo de menos, puede ser un café o un restaurante, pero es siempre un sitio público.

La gente los mira mientras ellos conversan apasionados, algunos con libros en sus manos, otros con libretas de apuntes y varios escuchando atentos, pero todos participando de algún modo. Parece una reunión de un gran grupo de amigos.

Sin embargo, al unirse a la plática y sentarse con ellos, es fácil darse cuenta de que no se trata de una reunión común.

- En World War Z dan una explicación científica para la epidemia zombi. Señalan al Solanum como un virus que se esparce por todo el cuerpo por medio de la sangre.

- Es interesante la investigación casi estilo documental que hicieron de las posibles reacciones de cada país ante el holocausto zombi.

- Pero en Zombie Survival Guide exploran mucho más los aspectos técnicos.

Algo así iba el debate. Ese sábado, el tema era el fin del mundo en diferentes escenarios, según distintas ficciones,  y  muchos hablaban sobre un supuesto apocalipsis zombi... Pero los temas varían de tertulia en tertulia, como les denominan a estas reuniones que los fanáticos de la ciencia ficción y fantasía organizan una vez al mes en distintos lugares de la ciudad.

“La idea de la tertulia es socializar lo que nos gusta”, dice Denisse Náder, una de las organizadoras de las reuniones, junto con el escritor Fernando Naranjo, desde hace aproximadamente cinco meses. 

“La idea nació en la anterior Feria del Libro, cuando recibimos la visita de dos escritores latinoamericanos de este género. Uno de ellos nos contó que realizaba las tertulias en su país y se nos ocurrió que era algo que podíamos replicar acá y así empezamos en diciembre pasado”.

Según cuenta, la primera reunión se realizó en una cafetería del norte de la ciudad y allí asistieron unas 15 personas, pero la cantidad de aficionados ha ido en aumento con cada tertulia. Naranjo dice que no estaban preparados para ese éxito.

“Somos muchos y los sitios donde nos hemos reunido son reducidos, las mesas están fijas y a veces se arman  subgrupos en los que cada uno habla por su lado, por eso ahora hemos decidido introducir un tema. Eso nos permite concentrarnos un poco y volvernos menos dispersos”, explica el también promotor de este evento.

Por esa razón las últimas tertulias han tenido un tema específico: el fin del mundo, la antepasada; los viajes en el tiempo, la última; y las series B y rarezas del género, la próxima, que todavía no tiene una fecha definida. 

Según sus organizadores, estas reuniones no tienen límite de edad, el único requisito es gustar del género y asistir a la cita que se convoca con días de anticipación por medio de blogs y redes sociales.

Francisco Neira, de 38 años, es uno de los asistentes a las tertulias de ciencia ficción, un género al que siente apego desde niño, cuando descubrió Star Wars y luego Star Trek. De hecho, en Twitter y en otros espacios es conocido como el “Trekkie”, una palabra que identifica a una persona como aficionada a Star Trek.

“Admiro a varios capitanes de Viaje a las Estrellas sobre todo a Picard y Kirk. Ellos tienen un pensamiento rápido,  toman decisiones, tienen un amplio nivel de cultura general y de valores”.

Según dice, su colección de artículos relacionados con el género no abarca más que películas. No obstante, otros fanáticos, como Carlos Quezada, guardan una extensa colección de muñecos de distintos filmes, series y juegos de ciencia ficción.

“Me gusta el género porque es algo donde se puede escapar. No es que necesariamente huyes de los problemas sociales, sino que ya no se sienten tan personales”.

Sin embargo, Náder no comparte ese criterio: “La ciencia ficción se hace preguntas incluso muy filosóficas, quiénes somos, de dónde venimos, qué es el tiempo y qué significa ser. No entiendo cuando la gente dice que es un género escapista”.

Estas reuniones mensuales cuentan con un público heterogéneo que se dedica a diferentes actividades, incluso la docencia, el cine y el arte.

José Daniel Santibáñez, realizador de cómics y escritor, es otro de los asistentes frecuentes a las tertulias. Él dice que su gusto por la ciencia ficción es un producto de la televisión, como se ha dado en casi toda su generación.

“Cuando yo era pequeño la televisión era muy chévere, era algo único y  todo un evento verla en las noches. Y los buenos programas  y  películas  de ciencia ficción eran en la noche. Entonces ahí comenzó mi gusto”, indica. Sus  libros publicados en el género narrativa y novela gráfica precisamente giran en torno a la ciencia ficción.

Ambos organizadores coinciden en que este espacio sirve de apoyo para quienes se interesan por incursionar en la ciencia ficción de algún modo. Asimismo, consideran que de esa manera los fanáticos se sienten menos solos.

“Somos ninguneados, entonces los ninguneados nos reunimos. Usted sabe, el poder de las minorías...”, manifiesta Naranjo con humor. 

Además del debate, durante las tertulias se arma una trivia relacionada con cualquier tema de ciencia ficción o fantasía... Un collar plateado brillante empieza a pasar de mano en mano, hasta que alguien dice con emoción: “¡Es el collar de Arwen, en Lord of the Rings!”. Este grupo de fanáticos asegura que su frontera final aún se encuentra muy, muy lejos.