La Capilla del Hombre acoge la historia de Fidel
Un nexo simbólico entre Fidel Castro y Osvaldo Guayasamín fue la excusa para que, la noche del miércoles pasado, se presentara en Quito el segundo tomo biográfico del comandante cubano. El sitio fue la Capilla del Hombre que tiempo atrás ya había visitado el líder de la isla. Esa noche sus amigos y convencidos seguidores de sus ideales se reunieron para hablar de él.
Rodeados de murales, esculturas y un autorretrato del pintor ecuatoriano, los asistentes se ubicaron en sillas cubiertas por un mantel blanco. La recepción fue elegante; mujeres en sus trajes oscuros y hombres con ternos opacos coparon el gran salón. Serían al menos unas 400 personas que, al frente, tenían a quienes evocarían la imagen del comandante cubano.
Ellos han tenido cierta cercanía con Fidel y la presentación de este tomo sirvió para que cada quien contara su acercamiento con el mandatario.
Abel Prieto estuvo como representante de Cuba. Fue ministro de Cultura y, como cualquier otro militante, conoce de cerca al líder caribeño. Y así lo dio a notar. Recordó el día en que Castro conoció la Capilla del Hombre y sobre cómo la denominó: “Una carpa del humanismo”. Trajo a la memoria algo que sucedió cuando Fidel era joven, recién graduado como abogado.
Citó el texto que se presentó aquella noche y extrajo un episodio: cuando el comandante antes de serlo llevó a juicio a dos militares cuyos nombres la memoria borró. El saldo de ese juicio, según contó, no fue del todo satisfactorio. Los militares evitaron las rejas, pero fue uno de los hechos que iniciaron luego la Revolución Cubana.
La autora del texto examinaba sin distracción cada intervención. Katiuska Blanco, cuando intervino, retomó ese nexo que tenía La Capilla con Fidel. “Antes de que saliera el libro estuvo disponible la capilla para su lanzamiento”, contó. Se la había prometido Alfredo Vera, a quien durante la noche lo llamaban Cachito, como es conocido.
Un día antes, durante la presentación en Guayaquil -en el Salón Libertador de la Gobernación del Guayas- la misma autora había comentado que esta era una obra inusual, porque era la primera vez que se exponían los recuerdos de Fidel desde lo personal. Para Prieto, es un relato que cubre las vivencias del niño, el joven, el hombre adulto y el guerrillero y defensor de los derechos de los más pobres.
La ministra de Cultura ecuatoriana, Erika Silva, también evocó a Fidel. Estuvo el pasado 9 de febrero en la Feria del Libro de la Habana. Allí expuso la Iniciativa Yasuní. Mencionó que tanto los intelectuales como el Presidente de la República analizaron hasta entrada la noche el medio ambiente y la economía mundial. Sus palabras reforzaron la idea de un gobernante cubano con mucha resistencia aún.
Lo mismo que María Fernanda Espinosa, Ministra de Patrimonio, sostuvo. Agregó, en resumen, que las luchas por la igualdad aún inician. Tuvo como encargo leer y comentar la obra y confesó que el tiempo no le alcanzó y que leyó el libro por partes. Igual lo aclamó por -según dijo- su narrativa atrapante. El acto duró dos horas. Los invitados abandonaron el lugar que, por fuera, estaba cubierto por una espesa neblina.