Los organizadores del encuentro recorren mercados, comunidades indígenas y casas comunales
Kunturñawi busca la formación de públicos
Kunturñawi en el idioma indígena kichwa significa ‘ojo del cóndor’, y es la etiqueta que seleccionaron los miembros de la Fundación Arte Nativo para darle nombre al festival de cine que este año llega a su quinta edición con historias “desde otras voces”.
El festival pone su mirada en cuatro provincias de la Sierra ecuatoriana y sus comunidades en Cotopaxi, donde inició este lunes; en Chimborazo, Pastaza y Tungurahua. Los lugares para proyección y diálogo no son solo salas de cine o auditorios. El festival llega también al mercado, a comunidades indígenas en donde las casas comunales se adecúan para sí. Los espacios alternativos y de confluencia comunitaria también ponen su mirada en el cine.
En los distintos espacios se proyectarán un total de 48 películas participantes en siete categorías y se realizarán diversos talleres que, según comenta Piedad Zurita, una de las organizadoras del encuentro, se enfocan en las necesidades de la población.
A pesar de que entre las producciones se han seleccionado distintos filmes trabajados por las comunidades de los pueblos y nacionalidades indígenas no hay este tipo de etiquetas. “La obra de arte se vale por sí misma, se plantea diversidad, en igualdad de condiciones y también de criterios estéticos”, dice Zurita al respecto.
Este modo de selección de los filmes está vinculado con aspectos como la baja tasa de espectadores de cine, especialmente de aquellos trabajos cinematográficos que se hacen a nivel local. Según constata Zurita, solo el 90% de las personas de las localidades donde se desarrolla el festival no ha visto nunca cine ecuatoriano.
Desde 2005, cuando se planteó este proyecto se buscaba “ser incluyentes en el sentido de que el festival tiene que nutrirse de las varias imágenes, voces de esa diversidad. Siempre hemos vinculado la convocatoria de los pueblos y nacionalidades indígenas o que los filmes tengan que hablar sobre aspectos del país y su diversidad. Este festival tiene un reconocimiento a la obra de autores ecuatorianos y a públicos diversos”, dice Zurita.
La tarea que se han impuesto los organizadores del festival respecto a incrementar el público del cine nacional plantea buscar acercamientos entre instituciones estatales como la Superintendencia de Comunicación (Supercom), la Corporación de Productores y Promotores Audiovisuales del Ecuador (Copae) y el Consejo Nacional de Cinematografía y distintos medios de comunicación locales.
A través de un diálogo, cuya primera sesión está programada para el viernes 30 de octubre, se busca difundir las películas ecuatorianas que podrían ser transmitidas en las distintas televisoras, así como aquellas de las que podrían adquirirse sus derechos.
“También queremos que en las radios se hable de cine”, dice Zurita argumentando que de las 16 películas estrenadas el año pasado pocas fueron motivo de diálogo en las radios del país. (F)