El escritor mexicano Jorge Volpi afirmó que nadie exige ahora lo "exótico" y "mágico" a los escritores latinoamericanos.

Sin embargo, reconoció el legado que los autores de ese estilo han dejado a las nuevas generaciones, señaló Volpi, en México, a la edición en Internet del diario Folha de Sao Paulo.

Afirmó que "hoy nadie más le exige al escritor latinoamericano que sea exótico y que hable sobre la vida mágica de alguna villa idílica”.

Agregó que “al mismo tiempo hay respeto por lo que dejaron Vargas Llosa, García Márquez, Carlos Fuentes".

El escritor Jorge Volpi acaba de lanzar el romance "La Tejedora de Sombras", que se desarrolla en Nueva York en la década del veinte.

MARSELLA SE ALZA COMO LA CAPITAL CULTURAL CON EL MEDITERRÁNEO COMO PROTAGONISTA

La ciudad francesa de Marsella inauguró ayer los actos con los que se alza como capital cultural europea del año, con un programa en el que repasa desde las figuras de Ulises y Julio César hasta el arte contemporáneo, con el Mediterráneo como protagonista.

Se trata de una ciudad "popular, ni de izquierdas ni de derechas", destacó ante los medios su alcalde, Jean-Claude Gaudin, subrayando que alberga multitud de culturas y tradiciones distintas, y que aunque tradicionalmente ha sido castigada por el paro, se ha logrado que este descienda "hasta el 13 por ciento".

"Marsella es una ciudad de artistas, cultural, y que está emergiendo", señalaron  responsables del edificio Friche Belle de Mai.

50 AÑOS DEL FALLECIMIENTO DE RAMÓN GÓMEZ DE LA SERNA

"El cisne mete la cabeza debajo del agua para ver si hay ladrones". Esta es una de las cientos de greguerías, ese dardo poético y satírico que creó Ramón Gómez de la Serna, el impulsor de la modernidad y las vanguardias que murió en enero de 1963, en Buenos Aires.

El inventor de las greguerías, simplemente "Ramón", como se lo conocía en España y fuera de esta en los años veinte y treinta del siglo XX, nació en Madrid el 3 de julio de 1888 en una familia acomodada y culta.

La fecha exacta de su muerte ronda la frontera entre el 12 y 13 de enero, ya que falleció de madrugada tras una larga agonía, en compañía de su mujer, su inseparable Luisa Sofovich.

Cincuenta años después de su muerte, Gómez de la Serna sigue siendo un faro  para la creación.