Jennifer Lopez y su productora Nuyorican, así como el resto de sociedades y personas implicadas en el desarrollo de la exitosa película 'Estafadoras de Wall Street', salieron victoriosas de la demanda que, por $40 millones, había planteado Samantha Barbash.

Un año y medio duró la batalla legal. Samantha argumentaba que en la película "Estafadoras de Wall Street, se "usó su apariencia y su historia sin permiso, difamándola en el proceso, según la revista especializada en espectáculo, E.

En el film, se puede observar al personaje "usando y fabricando sustancias ilegales en su casa donde vivía con su hijo". Lo cual Samantha aseguró que eran situaciones inverosímiles, falsas y ofensivas.

Barbash demandandó a la productora de Lopez por $ 20 millones en daños compensatorios y $20 millones en sanciones.

Un juez federal desestimó la demanda, basando en que el relato cinematográfico no deja de ser un producto de ficción, pero además, tenía entre sus referencias el artículo que, sobre la escena de las bailarinas de clubes neoyorquinos, se había publicado cinco años atrás en la revista New York Magazine, por lo que considera que las acusaciones realizadas por Barbash carecían de base jurídica.