El escritor colombiano Juan Gabriel Vásquez (Bogotá, 1973) considera que la libertad de expresión “no puede aceptar ‘peros’” y que los únicos límites que debe tener son los del Código Penal: “el miedo a ofender o a que nos ofendan desnaturaliza este derecho”.

Vásquez presentó ayer en Madrid, España, su último libro Viajes en un mapa en blanco (Alfaguara, 2018), un conjunto de ensayos sobre el arte de la novela que, sostuvo, comenzó con El Quijote, en el siglo XVII, como comedia hasta llegar a la actualidad, en la que el género imita los mecanismos de la no ficción.

Este género solo sobrevive en libertad, indicó el autor en una entrevista con la Agencia EFE: “la novela es un ejercicio de libertad, donde todo vale. Todo se puede decir y todo se puede explorar”.

Considera, además, que la novela ha sido capaz de reinventarse y por eso nunca ha dado crédito a su anunciado desahucio: “seguirá con nosotros mientras los seres humanos sigamos haciéndonos preguntas”, sostiene el escritor, quien visitó Guayaquil en septiembre del año pasado.

“La novela explora lo que somos, pero no a través de una visión panorámica sino de ser humano en ser humano”, de tal forma que cuenta “lo que los demás géneros no pueden contar”.

Por eso su libertad, recalcó el autor de La forma de las ruinas, “entrena al individuo y lo acostumbra a una actitud crítica y a ver el mundo como un lugar imperfecto”.

Por ello, insiste en que la libertad de expresión no acepta excepciones. Ello significaría que alguien debería poner los límites, y una sociedad libre no está dispuesta a dar ese poder a “los guardianes de la moral pública”.

“Hay miles de ideas que me ofenden pero nunca pensaría en censurarlas”, dijo y sentenció: “Nos hemos infantilizado, nos hemos vuelto vulnerables, con la piel muy delgada y cargamos a diario con la posibilidad de ofendernos por cualquier cosa”.

El colombiano reconoció, no obstante, que las redes sociales se han convertido “en una cloaca donde el insulto desde el anonimato y la calumnia son una forma de estar en el mundo. Insulto luego existo”, resumió. (I)