Gobierno argentino da marcha atrás con trabas a importación de libros
El Gobierno de Argentina dio hoy marcha atrás con la medida que restringía el ingreso al país de libros y revistas, adoptada en sintonía con su política para limitar las importaciones y fomentar la industria local, informó el diario La Nación.
Según la edición electrónica del centenario periódico, el secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, se comunicó telefónicamente con las diferentes cámaras de la industria editorial para informarles que el sistema de entrega a domicilio de ejemplares "se normalizará" en las próximas horas.
De acuerdo con La Nación, que cita fuentes de esas cámaras, Moreno aseguró que la normativa por la cual desde hace semanas los libros y revistas estaban retenidos en la Aduana había sido "malinterpretada".
Estas trabas causaron hace unos días una verdadera rebelión en las redes sociales del país, que convirtieron la polémica en tema del día.
Tuits como "LiberenLosLibros El intelecto es pensamiento. La cultura una necesidad" o "Estamos siendo gobernados por gente que prefiere liberar los goles a cambio de secuestrar los libros. #liberenloslibros", inundaron la red social en Argentina.
La polémica normativa limitaba la importación de publicaciones extranjeras a aquellas cuyos contenidos gráficos tuvieran más del 0,06 por ciento de plomo.
En la práctica, la iniciativa suponía que los particulares que querían recibir libros o revistas del exterior tenían que retirarlos del despacho de Aduana del sector de carga del aeropuerto internacional de Ezeiza, a unos 35 kilómetros de Buenos Aires.
La decisión, que según el argumento oficial pretende evitar a los usuarios los peligros derivados de las tintas con alto contenido de plomo, afecta a envíos valorados en menos de 1.000 dólares y con menos de 50 kilos de peso.
El sector editorial argentino importa, principalmente de España, Colombia, China, Uruguay, el 78 por ciento en volumen y el 67 por ciento en valores, de lo que se comercializa en Argentina, según cifras oficiales.
El Gobierno argentino pretende que las grandes editoriales extranjeras, la mayoría españolas, comiencen a imprimir sus textos en el país, donde se distribuyen entre 75 y 78 millones de publicaciones al año, señalaron fuentes del sector gráfico.