Los gestores culturales buscan crear sus redes
Artistas, académicos y gestores compartirán hoy, en Muégano Teatro (Callejón Magallanes), experiencias sobre el quehacer dentro del circuito cultural del país.
A propósito de los 10 años de creación de Casa Morada, se realizará a las 19:00 el Conversatorio Políticas públicas y gestión cultural, que repasará temas que preocupan al gremio de los gestores.
María Paulina Briones, directora de Casa Morada y moderadora del encuentro, dice que su enfoque se concentra en la Gestión Cultural porque, “a pesar de que es una actividad realizada desde hace varios años de manera informal, cada vez hay más profesionalización en este campo; tanto que solo en Guayaquil hay dos universidades que ofrecen maestrías relacionadas”.
La ganadora del premio de Poesía Ismael Pérez Pazmiño en 2016 señala que los conversatorios son necesarios para hacer un balance y revisión de lo que ocurre, por ejemplo, en lo que se refiere a los fondos públicos en manos del Ministerio de Cultura.
“Solo escuchándonos lograremos crear redes y fortalecerlas. La intención es que estos temas generen más preguntas y que también nos cuestionemos sobre el trabajo, la responsabilidad y la labor que emprendimos cuando decidimos insertarnos en el ámbito cultural”, opina la escritora.
En esta segunda jornada participan reconocidos gestores que hablarán de ciertas políticas desde sus visiones.
María Fernanda López, una de las participantes en el conversatorio, abordará la gestión cultural desde la academia, el arte urbano y su relación conflictiva con el espacio público en esta ciudad.
“La gente cree que hacer arte urbano es hacer cuatro rayones en un muro, que no requiere nada de gestión y menos políticas públicas; por eso estamos en el nivel de ausencia y de silencio que tiene Guayaquil”, comenta la abogada quiteña, quien imparte la materia de Gestión y Política de la Cultura en la Universidad de las Artes.
Con una especialidad en Gestión de la Cultura, la docente enseña el enfoque de los públicos y la atención a una audiencia no involucrada con la oferta cultural.
“No hay políticas públicas en lo que es cultura para la infancia. Me interesa generar y fomentar nuevos públicos porque no hay espacios, porque nos enfrentaremos el próximo Día del Niño a una sociedad llena de reguetón, homofobia, regionalismo y machismo”, reclama López.
Su visión desde lo académico es que no ve una asistencia masiva de escolares y colegiales a los museos de Guayaquil y de Quito.
Asegura que la razón es que no existe un proceso educativo en las entidades educativas ni tampoco en los mismos museos, donde no se ofrece una clara explicación ni acceso a sus muestras.
“Yo a mis alumnos trato de sembrarle esta semilla de pensar en las nuevas generaciones. Para que la gente entienda sobre el arte cool, el arte bacán o el conciertito, la poesía bacán u otras propuestas contemporáneas hay que trabajar con la infancia, un público totalmente olvidado”, sentencia López.
Otro de los invitados al conversatorio es Andrés Zerega, quien tratará sobre la precarización cultural que aqueja al gremio. Esto es, que el artista se convierte en gestor y lo hace desde el empirismo para poder sobrevivir.
“Ecuador es el único país que no tiene un mercado de industrias culturales y creativas”, asegura este ingeniero en Marketing que participó en el último Mercado de Industrias Culturales del Sur (Micsur), la plataforma de negocios culturales de la región.
Ese trabajo lo realizó como miembro del Ministerio de Cultura y Patrimonio, institución de la cual está desvinculado. A pesar de ello sigue el proceso de actualización para reivindicar la participación de Ecuador.
Adelanta que en su charla hablará de la implementación de una encuesta de hábitos de consumo y productos, bienes y servicios culturales, que hará el Ministerio de Cultura, lo que permitirá crear política pública acorde a las necesidades de los públicos y no de las audiencias.
Angélica Parra, fundadora de El Altillo, es un ejemplo real de lo que Zerega comenta respecto al actor cultural convertido en gestor.
Pese a que ella no es artista, su apoyo al trabajo de grupos de teatro, danza y otros ha apetecido a la prensa que ha difundido sus proyectos gracias a su especialización en la curaduría de los eventos que presenta.
Manifiesta que se debe trabajar mucho para la comunidad porque tener una sala no es solo planear una agenda variada sino también enamorar a un público.
“De esta forma se volverá en algo que los vincule, que les despierte la emotividad. Todas esas aristas hay que tenerlas en cuenta para sostener los espacios”, cuenta la profesional en Relaciones Públicas.
Elsa María Cortés, codirectora y productora del Festival Intercolegial de Cine, también será parte de las voces dialogantes que permitirán que el público conozca más de cerca lo que ocurre en el gremio cultural. (I)