El documental Género Bajo Ataque registra casos de discriminación y ataque a las gestiones de activistas feministas y GLBTI, así como a la promoción de nuevas alternativas para la educación convencional.

Su director, el periodista y activista peruano Jerónimo Centurión documenta cómo existe una alianza conservadora desde la Iglesia Católica y de la evangélica que se activa en contra de la búsqueda de derechos de estas comunidades.

Su trabajo recoge casos específicos en Costa Rica, Colombia, Brasil y Perú, donde durante este siglo se generaron distintas campañas que tuvieron como lema  “Con mis hijos no te metas”.

Estas incluso alentaban a la violencia en manifestaciones: “los vamos a aplastar como langostas”, dice una manifestante peruana en contra de la promoción del enfoque de género en la educación básica, mientras otra mujer le comenta: “amén”. 

El primer país analizado es Costa Rica, el paraíso de la felicidad, donde está la sede de la Corte Interamericana de Derechos Humanos.

Durante las últimas elecciones uno de los candidatos a la presidencia fue Fabricio Alvarado, un cantante y pastor evangélico, radicalmente opuesto a programas educativos que buscaban promover un enfoque de género y a la creación de políticas públicas desarrolladas por el instituto de derechos reproductivos de la mujer.

La candidatura de Alvarado, a pesar de su derrota en segunda vuelta, dejó un país fraccionado con la unión de un grupo de conservadores que atacaba públicamente a las comunidades GLBTI con amenazas de muerte en la calle.

A través de su registro el autor escudriña alrededor de la creación de la llamada “ideología de género”, que se generó desde grupos conservadores como una reacción a lo que pasaba en las Naciones Unidas en los 90 respecto al debate sobre los derechos humanos y reproductivos de la  mujer.

El documentalista entrevista a periodistas, activistas, exministros y todos aquellos que se vinculan con la promoción de políticas públicas que permitan a estas comunidades avanzar en materia de derecho, como el matrimonio igualitario y los derechos reproductivos de la mujer.

De acuerdo a un investigador, en el momento que la población de la Iglesia Católica decrece el 10%, la de la evangélica creció en el mismo porcentaje.

Esta fluctuación genera una alianza estratégica que activa una serie de movilizaciones en contra de estas poblaciones.

La politización de lo religioso crece en estos países como una llamarada que había sido retenida durante años y mucha de esta población tiende a descontextualizar las propuestas de ley de enfoque de género, como se señala en Perú.

De acuerdo al exministro de Educación de Costa Rica, Leonardo Garnier, los programas que se promovían en el país “buscaban romper con prejuicios, se reventó la burbuja de Costa Rica como el país más feliz del mundo”.

De acuerdo a un reporte del periodista Javier Corrales en The New York Times “hoy en día los evangélicos constituyen casi el 20% de la población en América Latina, más que el 3% de hace seis décadas. En algunos cuantos países centroamericanos están cerca de ser la mayoría”.  

De acuerdo a Corrales, el incremento de estos grupos alimenta un tipo de populismo. “A los partidos conservadores les dan votantes que no pertenecen a la élite, lo cual es bueno para la democracia”.

“Pero estos electores suelen ser intransigentes en asuntos relacionados con la sexualidad, lo que genera polarización cultural. La inclusión intolerante, que constituye la fórmula populista clásica en América Latina, es reinventada por los pastores protestantes”.

Ahora mismo, el presidente electo de Brasil, Jair Bolsonaro, dijo en uno de sus primeros discursos que su gobierno significará “una oportunidad única de rescatar al país de las amarras ideológicas” y “combatir la ideología de género”.

En acciones, el presidente de Brasil firmó una medida provisional que modifica el alcance de la Cartera de la Mujer, Familia y Derechos Humanos, anulando la estructura que garantiza el cumplimiento de los derechos de las personas GLBTI.

El documental se proyectará hoy, a las 19:00, en Muégano Teatro. (I)