Detrás del rostro de cada niño que trabaja puede esconderse un artista que sueña con los escenarios y los aplausos, pero sus labores diarias no permiten que nazca su vocación.

Eso cambió  hace diez años con el plan Los Niños Cantores del Pueblo, coro musical formado para la erradicación del trabajo infantil, a través del Ministerio de Inclusión Económica y Social (MIES) y la Corporación Ono Zone Pro Música.  

El  proyecto acoge a niños en riesgo de sectores urbano periféricos de Quito, como La Pulida, Comité del Pueblo, Lucha de los Pobres, y otros.

En una década la agrupación le ha brindado una oportunidad a cientos de menores de la capital a que exploren su talento, a la par que combinan su agenda de estudios con la música.

El esfuerzo ya cosechó frutos, pues Los Niños Cantores del Pueblo participarán en el Festival Mundial de la Juventud en Neerpelt, Bélgica, este mes. Así lo anunció Magdalena Soto, directora del grupo.

“Será desde 26 de abril hasta el 2 de mayo. Los menores fueron calificados luego de enviar un video con un tema en francés. Van 4.000 niños del  mundo”.

En la apertura del evento europeo estarán 12 países  seleccionados y por Ecuador,  Los Niños Cantores interpretarán “Un betún, un corazón”, tema escrito por un chico betunero de Quito.

El grupo ya ha presentado varias producciones, como el álbum Por ti vamos a vencer (2015). Y de la misma manera ha expuesto su talento en el país. 

Historia
El proyecto, que nació en 2008 como parte del MIES,  concibió al arte como una herramienta de transformación social para la regeneración de los vínculos familiares.

Soto afirma que el plan  musical atiende a cerca de 180 niños, quienes fueron previamente evaluados por gestores de la entidad con miras a la erradicación del trabajo infantil.

“El 80%  de los  niños habían sido trabajadores, y el resto es de prevención”.

De este modo, en lugar de trabajar, los menores - de 5 a 17 años-, se  dedican  a desarrollar labores artísticas.

“Se usan herramientas musicales para su desarrollo, esta actividad les genera identidad y seguridad”.

El crecimiento de los participantes del programa ha sido progresivo. “Comenzamos con 60 y llegamos a tener 300 en 2013”, afirma la directora.

Los niños del plan comienzan su preparación con ensayos corales y con ejecución de instrumentos, sean de viento, percusión o cuerdas.

Así, la capacitación puede durar de 6 a 8 meses, pero sin importar el tiempo, es la experiencia musical lo que les cambia la vida.

Como Anthony Minda, estudiante de 14 años, que ya sueña con seguir cultivándose como artista.

“Me gusta la música y el tiempo que pasamos aquí con mis amigos es único”, comenta sonriente.

O Danny Castro, de 15 años, quien reside con su familia en Atucucho, en el noroccidente de Quito.

“Los Niños Cantores es un proceso muy bueno para demostrar el talento de niños y jóvenes. Siempre me gustó la música, y ahora interpretarla”.

Comentan que sus ensayos son tres veces a la semana y en la tarde. 

De los más de 300 niños que han pasado por el programa de Los Niños Cantores,  muchos ya son universitarios y son los principales fans del grupo, porque los ayudó a tener una oportunidad diferente y continúan cantando por la vida. (I) 

Erradicación

Trabajo infantil

El proyecto musical nació en 2008 como parte del plan de erradicación del trabajo infantil del  Ministerio de Inclusión Económica y Social (MIES) y la Corporación Artística Ono Zone Promúsica. Atiende  a 180 menores de Quito. 

4 producciones discográficas presentaron  Los Niños Cantores del Pueblo en los últimos 10 años.   

Temas populares 

Entre las melodías más populares se encuentran “Como será la patria” y también versiones de canciones de los artistas Toquinho, Rubén Blades, Chico Buarque, Alejandro Lerner y otros.