Elie Wiesel, escritor, premio Nobel y gran testigo del Holocausto
Escritor francés, ciudadano estadounidense y ante todo judío, Elie Wiesel, el premio Nobel de la paz fallecido el sábado a los 87 años, dedicó su vida a defender la memoria del Holocausto tras sobrevivir al campo de exterminio nazi de Auschwitz.
Catedrático de Ciencias Humanas de la Universidad de Boston durante muchos años, Wiesel vivió a caballo entre Estados Unidos, Francia e Israel.
De origen rumano, pensaba en yidis, escribía con frecuencia en francés y vivía su cotidiano en inglés.
Para favorecer la comprensión entre pueblos, este "mensajero de la Humanidad", como lo calificó el comité del premio Nobel, creó la Fundación Elie Wiesel para la Humanidad con su esposa de origen austriaco, y también la Academia Universal de las Culturas.
Infatigable militante de los derechos humanos de gran prestigio en la escena internacional, abanderó todo tipo de causas sociales, de Armenia a Darfur, haciendo siempre hincapié en la infancia.
Durante años temió que el mundo olvidara el Holocausto, ese "evento único" en la Historia, para acabar admitiendo que había sido ampliamente documentado. Pasó entonces a clamar contra su "banalización" y contra la indiferencia derivada de ella."Lo opuesto al amor no es el odio, sino la indiferencia, lo opuesto a la vida no es la muerte, sino la indiferencia ante la vida y ante la muerte", afirmaba.
'La noche', su obra maestra
Nacido el 30 de septiembre de 1928 en Sighet, Rumanía (Transilvania en aquella época) en el seno de una familia modesta, Wiesel fue deportado a los 15 años a Auschwitz-Birkenau, el mayor campo de exterminio nazi en Polonia, ocupada por Alemania. Su madre y su hermana menor fueron asesinadas, mientras que su padre murió ante sus ojos en el campo de Buchenwald (Alemania) al que fueron trasladados posteriormente.
Tras ser rescatado al final de la guerra, en 1945, fue acogido en Francia por la OSE (Obra Judía de Auxilio a la Infancia) y vivió con la asociación hasta los 28 años. Durante esta época, Wiesel estudió Filosofía en la Sorbona, y posteriormente se hizo periodista y escritor.
En Francia, aprendió a amar el francés, una "lengua cartesiana que rechaza el misticismo" en el que se "bañó" durante su infancia y adolescencia, en el que vivió todas sus "aventuras interiores".
"La única condecoración que porto es la Legión de Honor, por gratitud hacia Francia, a la que tanto debo", aseguraba este admirador de Molière y Camus, que fue durante años íntimo de François Mitterrand, antes de descubrirse la amistad del presidente francés con un alto responsable colaboracionista del gobierno de Vichy.
François Mauriac, premio Nobel de Literatura, firmó el prefacio de su primera novela, La noche (1958), en la que relata sus recuerdos de niño deportado. Le seguirían decenas de obras más, escritas en francés, inglés, hebreo y yidis, con incursiones en la ficción, el teatro y el ensayo.
El testamento de un poeta judío asesinado (1980), en el cuestiona el silencio de Dios, fue su libro más conocido.
El Congreso estadounidense le concedería la medalla de oro por su trabajo al frente del Holocaust Memorial Council de Estados Unidos y en 2006, recibió la propuesta de presidir el Estado de Israel, que Wiesel rechazó alegando que no era más que un escritor.
Hombre atento y lleno de humor, de voz dulce y mirada intensa, consideraba que todo lo que hacía, lo hacía "en tanto que judío": "Puedo ser judío con o contra Dios. Pero no sin Dios. Mi padre era creyente, mi abuelo era creyente, su propio padre era creyente... ¿Cómo podría yo romper esa cadena?", se preguntaba. (I)