El Estado mantiene una deuda con las escritoras ecuatorianas
“Un Estado preocupado por su cultura da cuenta de un Estado con sensibilidad e inteligencia”, dijo la escritora Solange Rodríguez, para criticar que los concursos privados sean los que más motiven a los escritores a crear, y no los concursos estatales.
Para Daniela Alcívar Bellolio, lo ideal sería que el Estado impulse a las editoras independientes para que ellas, a su vez, den cabida a escritores nacionales.
“Los que tenemos editoriales, trabajamos por amor al oficio porque no ganamos ni un centavo”, resaltó Alcívar y criticó que sean los mismos autores los que paguen las publicaciones.
Pidió que exista un concurso público para que todas las editoriales independientes puedan acceder a las grandes publicaciones que emprende el Ministerio de Cultura, con el Plan Nacional del Libro y la Lectura (PNLL). Al respecto, denunció que el Estado elige a las mismas editoriales para publicar los libros. “No es necesario que existan grandes editoriales, sino que las pequeñas no tengamos competencia desleal por parte del Estado”, remarcó.
En ello concordó Gabriela Ruiz Agila, quien explicó que las editoriales independientes ubican sobre el tapete a los escritores ecuatorianos y que ponen al alcance de los lectores, por un costo promedio, los libros de autores del país.
Consideró que debe crearse una política pública para la organización de la industria editorial: “Para que los escritores accedan a distintos estímulos y no solo la creación, sino también la publicación”, acotó.
Alcívar recordó que cuando fue invitada a la Feria Internacional del Libro en Montevideo, en el cual Ecuador fue invitado de honor, no hubo copias de las obras publicadas por ella.
Añadió que ese tipo de negligencia impide que los escritores ecuatorianos sean reconocidos internacionalmente y los obliguen a viajar para publicar en otros países y así ganar lectores de otras nacionalidades. “Si queremos ser leídos afuera de las fronteras, no queda más que publicar afuera”.
A pesar de vivir estos problemas para acceder al apoyo estatal, también existen escritoras que sí recibieron impulso público. Ese es el caso de la Sonia Manzano Vela, quien contó con la ayuda de la Casa de la Cultura Ecuatoriana núcleo del Guayas, para que se publique una de sus novelas, además de la Universidad Central del Ecuador.
Frente a la denuncia de Alcívar, Edgar Allan García, exgerente del PNLL, afirmó que eso no es responsabilidad del Ministerio de Cultura, sino que cuando el Ecuador es invitado a alguna feria internacional, es la Cámara Ecuatoriana del Libro la encargada de llevar las obras de los distintos autores. “Ellos escogen, pero cuando esa coordinación no funciona tan bien, ahí es cuando hay vacíos”.
Medios Públicos se comunicó con la Cámara del Libro para aclarar este tema, sin embargo los encargados no se encontraban en el país por lo que ofrecieron una entrevista esta semana para despejar estas dudas.
Según García, el Estado está enfocado en apoyar las ferias nacionales, binacionales, internacionales y talleres a docentes en beneficio de la lectura como un acto lúdico y no como una obligación. Además que el PNLL destinó un monto de $4.000 para la impresión de 4.000 libros de la antología “Voces de Equinoccio” con autoras ecuatoriana.
Pero no solo eso, también tienen un proyecto para permitir el acceso a la lectura para personas ciegas. Tal es el caso de los 5.110 ejemplares en Braille y Macrotipo de los cuentos: La Mariposa Azul de Soledad Córdoba, Siento que soy pájaro de Liseth Lantigua, La camisa bordada de Elsa María Crespo y La promesa de Ana Carlota González.
Para Gabriela Alemán, más allá de los incentivos económicos, también es crucial el apoyo del Estado para el fomento a la lectura, creación de bibliotecas públicas y de fácil acceso, becas de creación esporádicas.
Además, tomó como ejemplo la política de países como Brasil o Corea del Sur que “apoyan la traducción desde el estado, trabajan con editoriales internacionales para que los textos de los autores de esos países lleguen a otros idiomas y culturas y se dé un intercambio cultural real”.
Buenaño pidió educar a la sociedad en general con perspectiva de género para que se rompan las brechas entre escritores varones y mujeres.