“Kili” Gil será honrado por su aporte al canto
“Dos tipos de huella en un mismo canto coral”. Así describe el director Fernando Gil Estrada al Festival Internacional de Coros El canto coral hermana a los pueblos, un trabajo que heredó de su padre, el fallecido maestro Enrique Gil Calderón.
Este evento se convirtió en su responsabilidad después de la muerte de este exdirector del coro de la Universidad de Guayaquil, que lo fundó hace 40 años y que desde hace 10 -con una diferente proyección- su hijo lo organiza con el aval de la misma entidad que regenta el proyecto.
Esta edición también tiene un significado especial: rendirá un homenaje al recordado “Kili” Gil, como lo apodaban, y que en 2008, durante su última participación, recibió el doctorado Honoris Causa por los años de su labor artística.
Los conciertos -que serán gratuitos- reunirán a 10 coros del país y 5 internacionales que vienen de Colombia, Argentina, España, Chile y Polonia. En el Teatro Centro Cívico se presentarán del lunes 30 de julio al 3 de agosto, a las 20:00 y el 4, día de la clausura, a las 18:00.
De los grupos nacionales, intervendrán el coro femenino de la Universidad de Guayaquil Cantahuarmi y de la misma entidad el coro de niños y el juvenil; mientras que de otras entidades estarán los coros de la Universidad Espíritu Santo, Universidad Católica de Guayaquil, de la Casa de la Cultura Núcleo del Guayas, de la Universidad Politécnica Salesiana; además participará el coro de niños no videntes del Municipio de Guayaquil Notas de Luz, Coral Adventista, Ensambles Vocal Voces y Silencios.
Para Fernando Gil, el festival ha tenido un positivo proceso evolutivo al punto de sumar Quito como otra ciudad sede del encuentro.
“En la capital tengo la suerte de trabajar con Juan Carlos Velasco, director de Voces de Altura, hace 5 años”, dice el organizador.
Tres grupos se presentarán por noche y, en la clausura, se ha preparado el estreno de la obra Música de naciones y de pueblos”, compuesta por Eduardo Florencia en su melodía y la lírica por el poeta Fernando Cazón Vera.
“Este tema ya lo había musicalizado mi papá, era un regalo que le hizo el compositor a él y yo pedí que sobre el mismo texto se hagan arreglos para orquesta de cuerda y coros”, cuenta el director que en esta ocasión trabajó los arreglos con la Orquesta de Cámara como un aporte especial, pues esta ya no opera desde que el salón de ensayos de la Casona, donde estudiaban, se afectó tras el terremoto del 16 de abril de 2016.
Sobre el trabajo con los directores, dice que se han vuelto más autocríticos y que buscan la excelencia a través de la investigación.
“Ya hay una indagación y se preocupan por ver qué y cómo lo hacen, porque esa es su responsabilidad”, sostiene Gil, quien trae a su memoria la anécdota en la que su padre le pidió asesoría para la pieza de Joseph Haydn: el Kyrie de la Musa en Re menor.
“El día que yo me gradué de director fue cuando mi padre me dijo: ‘Fernando me puedes explicar esta partitura’, porque mi padre no abordaba mucho el romanticismo, en cambio yo soy un apasionado de este y del barroco”.
Previamente a los conciertos, los grupos extranjeros visitarán Cotacachi, Ibarra, Otavalo, Riobamba, Ambato, parte de la Amazonía y ciertas playas de la Costa. “Queremos que se lleven una visión más amplia de lo que es Ecuador”, puntualiza Gil. (I)