El color propio de un pueblo, al debate
En la edición N° 66 del suplemento de cultura CartóNPiedra, que circula los domingos junto con diario El Telégrafo, se presenta como tema central un diálogo sobre la interculturalidad y el pueblo afroecuatoriano. En los últimos años se ha reconocido constitucionalmente la diversidad cultural del país y, hasta cierto punto, se la ha visibilizado en sus prácticas políticas.
Edison León nos plantea que “la diferencia cultural se ha quedado en la epidermis de la sociedad, donde la diversidad está sólo expresada en forma y no en contenido. Empezar a construir una sociedad intercultural significa empezar a conocer-nos y a respetar-nos en esa diferencia”.
El debate apunta a reconocer al pueblo afroecuatoriano desde su particular historia, que se diferencia del resto de grupos étnicos y culturales del país, pues, por un lado, está una memoria de dolor y sufrimiento a través de la experiencia de haber sido arrancados violentamente de África para ser traídos en calidad de esclavos y, por otro lado, existe una memoria de lucha, resistencia y, sobre todo, de aportes a la construcción de la nación.
¿Qué diálogos se tejen entre el texto literario y el texto jurídico? Edgar Vega Suriaga presenta una reseña crítica del libro “Las entrañas del sujeto jurídico”, del académico quiteño Diego Falconí Trávez, que fue presentado hace una semana en el Centro de Arte Contemporáneo.
El mencionado texto intenta crear puentes entre la teoría literaria y los derechos humanos. En tal virtud se hace una reflexión respecto a cómo la institución del sujeto jurídico no ha sido pensada desde la materialidad del cuerpo y, por tanto, cómo ciertas personas por la diversidad y complejidad de sus cuerpos han visto mermado su acceso a ciertos derechos.
Este viaje por la literatura y otros textos culturales permite repensar la institución del sujeto jurídico y, acaso, devolverle la carnalidad necesaria para repensar la ley y su aplicación en la diversidad de personas (y cuerpos) que pueblan nuestra época. Armando Hart, director de la Oficina del Programa Martiano y presidente de la Sociedad Cultural José Martí de la República de Cuba, presenta una reflexión sobre la herencia que dejó José Martí a la Generación del Centenario.
Destaca que la importancia del legado de las concepciones martianas radica en los principios que aún circulan en la sociedad: la utilidad de la virtud, el equilibrio del mundo y de la cultura de hacer política y la facultad humana de asociarse, que son básicamente los componentes de la ética; se hace una reflexión respecto a cómo la institución del sujeto jurídico no ha sido pensado desde la materialidad del cuerpo.
El crítico de arte Andrés Villalba Becdach hace una lectura de la obra “Narrativas habitables” del artista plástico Carlos Echeverría Kossak, quien presentó su trabajo el pasado 15 de enero en la galería Arte Actual de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso). Entre las obras expuestas en el salón de arte destacan Ayahuasca, La frontera, Nubes urbanas, El club, Liquidez y Parlamentonte.
Finalmente, Fabián Darío Mosquera presenta una reflexión de la película “Mejor no hablar (de ciertas cosas) del cineasta manabita Javier Andrade, estrenada semanas atrás en diferentes salas de cine del país y exponemos un recorrido por el trabajo literario del escritor Robert Graves.