“El cine ecuatoriano está entrando a una nueva etapa”
En la década del 90 se estrenaron apenas cuatro largometrajes de ficción realizados en Ecuador. La relevancia de este dato es enorme, ya que demuestra con claridad hasta qué punto ha crecido la industria nacional: solo el año pasado se estrenaron 13 películas ecuatorianas. Un nuevo récord.
Para el cine nacional, el año 2013 se cerró como un éxito en muchos sentidos y no solo en cantidad de producciones. La calidad de las películas tuvo impacto en el ámbito internacional, lo cual se transformó en la obtención de varios reconocimientos del máximo nivel.
Entre ellos destaca el otorgado a Vanessa Alvario, actriz debutante en No robarás (a menos que sea necesario), que se llevó el galardón a mejor actriz en el Festival de Cine Latinoamericano de La Habana, uno de los más prestigiosos del continente. Otro gran estreno, Mejor no hablar (de ciertas cosas), de Javier Andrade, cosechó varios premios en festivales de España, EE.UU. y República Dominicana. Además, por su calidad fue seleccionada como representante ecuatoriana a la candidatura al Oscar a mejor película extranjera.
Por otra parte, certámenes como el ‘Chulpicine’ o el festival de cine documental ‘Encuentros del Otro Cine’ (EDOC) cuentan con más fondos, público y participación. Una mención especial merece el festival de cine GLBTI ‘El Lugar Sin Límites’, cuya edición de 2013 contó con 106 películas de 26 países distintos.
Por todo esto, el año pasado fue, sin lugar a dudas, la culminación de la ruta ascendente que ha seguido la industria cinematográfica ecuatoriana en la última década. Este período dorado coincide con el apoyo que ha llegado desde las instituciones públicas, como parte de una estrategia para fortalecer el cine que se inició con la Ley de Cine de 2006. Otro hito es la creación del Consejo Nacional de Cinematografía del Ecuador (CNCine), que sirve, entre otras cosas, para distribuir financiación entre producciones nacionales.
Sin embargo, la consolidación productiva de la industria el año pasado no se tradujo en una respuesta positiva del público. Para Juan Martín Cueva, director ejecutivo del CNCine, las 250 mil personas que fueron a las salas en 2013 a ver películas ecuatorianas son pocas. “Es muy bajo para la cantidad de estrenos nacionales y para el total de espectadores de todos los estrenos del año. No llegamos al 3% del total y a un promedio de menos de 20 mil por película”, comentó.
Las causas de esta situación son complejas e inciertas. Por una parte, se puede pensar en la tendencia hacia el consumo audiovisual en internet o televisiones digitales: la manera de ver cine está cambiando mucho y, al haber menos gente yendo al cine, evidentemente hay menos espectadores en estrenos ecuatorianos. “Si disminuye la cantidad total de espectadores”, dice Cueva, “es lógico que la evolución de los que van a ver cine nacional también vaya a la baja”.
Por su parte, Lucas Taillefer, programador del cine independiente OchoyMedio en Quito, sostiene que el origen está en los calendarios. “Uno de los problemas es que todas las películas salieron al mismo tiempo, o sea, todos los estrenos se hicieron en este último trimestre de 2013. Eso no es una ayuda, porque compiten entre ellas y el público se divide”, opina.
Estas declaraciones las apoya Cueva, quien afirma que “es absurdo que en 2013 se hayan estrenado cinco o seis películas en el lapso de dos meses”.
Sin embargo, ambos reconocen la dificultad de organizar un calendario de estrenos satisfactorios para todos los implicados, aunque ya se ha hecho un llamamiento para una reunión en las próximas semanas. “Si logramos dosificar un poco los estrenos nacionales durante el año, se habrá dado un paso importante”, opina Cueva.
En este año se estrenarán, con seguridad, siete largometrajes, de los cuales algunos ya han pasado por festivales. En esta lista están Saudade, de Juan Carlos Donoso, que ya tiene fecha de estreno en marzo; Feriado, de Diego Araujo; Ochentaisiete, de Daniel Andrade y Anahí Hoeneisen; A estas alturas de la vida, de Manuel Calisto y Alex Cisneros; Ciudad sin sombras, de Bernardo Cañizares; Quito 2023, de César Izurieta y Fernando Moscoso; y Silencio en la tierra de los sueños, de Tito Molina.
Además de estos estrenos confirmados, diez películas están en posproducción y a la espera de cerrar detalles, como financiación y calendarios, y podrían llegar a estrenarse en este año. Estos proyectos son Criaturas abandonadas, de Francisco Cevallos; Big Bang, de Wilson Burbano; Quijotes negros, de Sandino Burbano; Alfaro Vive Carajo, de Mauricio Samaniego; María Angula, de Joe Houlberg; Un secreto en la caja, de Javier Izquierdo; Tan distintos los dos, de Pablo Arturo Suárez; Flores Negras, de Gabriela Karolys; Alba, de Ana Cristina Barragán; UIO, de Micaela Rueda; y Mantubios-Que viva la Fiesta, de Franklin Briones.
Asimismo, hay varios otros proyectos, en particular documentales, que pasarán por festivales pero no llegarán a estrenarse en salas de cine comercial. En todo caso, 2014 es otro año en el que se perfilan números históricos de la industria cinematográfica ecuatoriana.
En este punto, la búsqueda para atraer al público se vuelve el tema central de cara al futuro, por lo que tanto la legislación como las instituciones deben cambiar sus roles y adaptarse. Esto aplica en particular a la modificación en el consumo mencionada anteriormente.
“El cine ecuatoriano ha entrado en una etapa distinta. De alguna forma el reto del fomento a la producción se ha superado: producimos casi 20 películas al año (hay que tomar en cuenta las películas que no se estrenan en salas) y ahora hay que pensar en mecanismos de incentivo o estímulo a la circulación; a otras formas de distribución y de exhibición. Hay que conquistar un público que ya existe y que no conoce el cine nacional. Además, de formar nuevos públicos y la inclusión de un alto porcentaje de la población que no tiene acceso a las salas”, explica Cueva.
Con la intención de tratar esta coyuntura, el CNCine ha convocado, para el 16 y 17 de enero, el Encuentro Nacional de Cine 2014. En el que distintos actores del sector debatirán sobre distribución y exhibición en la era digital. A través de charlas, foros y paneles, se espera encontrar propuestas viables que serán incorporadas al modelo de gestión del CNCine en 2014.