El caso Assange, WikiLeaks y el periodismo “en entredicho”
Más allá del asilo que el Gobierno ecuatoriano concedió al fundador de WikiLeaks, Julian Assange; más allá del entrampamiento diplomático en el que se halla el caso mientras el ciudadano australiano permanece en la Embajada de Ecuador en Londres; y también más allá del trasfondo político que subyace al caso, la edición No. 47 del suplemento cultural cartóNPiedra analiza el escenario en el que medios de comunicación, ciudadanos y usuarios de internet se desenvuelven en un mundo que plantea nuevos elementos para la acción periodística.
En efecto, la irrupción en 2006 de un portal que, sobre la plataforma Wiki, se empeñó en poner a la disposición de los navegantes de la red de redes una serie de documentos que develaban acciones políticas censurables por parte de algunos de los gobiernos más poderosos del planeta, ha puesto sobre la mesa el debate de cómo hacer uso de la información que circula, pero antes, los mecanismos para obtenerla. ¿Hay legitimidad en ellos? ¿Es posible creer que la acción de WikiLeaks cuestiona el modo de hacer periodismo al cual la humanidad ha estado acostumbrada antes del siglo XXI?
El manejo de la información se ha desprendido de aquella impenetrable esfera que representaban los periódicos, las cadenas de radio o televisión, desde que las redes sociales a disposición del ciudadano común y corriente le abren la posibilidad de la inmediatez para publicar y de emitir, en su publicación, su opinión particular cuando lo decida.
WikiLeaks, lejos de ser un medio de comunicación, somete a discusión los modos de la comunicación social y del periodismo. WikiLeaks plantea que el internet ha desarticulado principios de la comunicación para volverlos obsoletos y se erige como una suerte de revelación que abre la puerta a una nueva gestión comunicacional y, por tanto, a una infinita variedad de discursos.