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El Telégrafo
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“El arte no está en costosas exposiciones”

“El arte no está en costosas exposiciones”
25 de junio de 2013 - 00:00

El poeta y documentalista intervino en escaparates de la vía Garibaldi, en pleno corazón de Venecia, cerca de donde se expone la Bienal. Foto: EFE

Venecia, Italia.- Santiago Elordi critica la opulencia de los pabellones de la Bienal de Venecia de Arte mediante una “exposición callejera” que acerca el arte al público para liberarlo “del monopolio de los grandes mecenas que realizan obras para expertos”.

El grupo actúa como Servicios Visuales Públicos (SVP) pero a sus integrantes de todas las nacionalidades se les conoce como “los utopistas concretos”, “los retrógrados futuristas” o “los alegres sepultureros del arte contemporáneo”.

Y es que ese es su verdadero objetivo, el fin por el cual han llegado a realizar discursos en las calles de Nueva York “sobre una caja de manzanas” o a teñir el río Mapuche de Chile, “enterrar el arte contemporáneo”, aunque Elordi reconoce con humor que hablar al mundo, a ratos, “es predicar en el desierto”.

Su última actuación fue en Venecia en la que varios países exponen sus “millonarios pabellones” cuando, en realidad, “el arte no debería costar dinero” y mucho menos, según el escritor, “ir acompañado de libretos explicativos de las obras”.

Allí, en el corazón de la ciudad los miembros de SVP han convertido la céntrica y comercial Vía Garibaldi en un canto al arte ciudadano, en un conato de liberación de un arte, según ellos, “secuestrado”.

“El arte está en el interior de nosotros, no en costosísimas exposiciones difíciles de comprender”.La representación que han instalado en esta comercial calle veneciana consiste en una crítica irónica y casi humorística de lo que se lleva a cabo en el contexto de esta 55ª Bienal de arte de Venecia, que engloba obras, según el chileno, que “no son interesantes sino que están dirigidas a un grupo de especialistas que equivocaron el camino”.

Ahora, los escaparates de esta calle de Venecia, de comercios modestos y humildes, muestran mensajes irónicos que aluden a la posibilidad de que el arte pueda estar en cualquier lado, en el interior de las personas, como la que reza en una vitrina de un humilde negocio: “Hay artistas que no saben que son artistas”. Porque esta es la frase que resume todo el movimiento, la que asegura que el arte está en el interior de los seres humanos, no en enormes y costosísimas exposiciones imposibles de comprender.

“Lo importante es que la gente ahora pasa y se queda mirando los escaparates y que hemos logrado suscitar un interés entre los visitantes, gastando solo dos pesos y sin la necesidad de despilfarrar millones”, se felicitó Elordi.

Y los propietarios de estos negocios parecen sentirse encantados, como Emanuella Novello, propietaria de una pequeña tienda de regalos de la vía tomada, artísticamente hablando, por SVP y que afirma que nunca imaginó que “podría ser vista como una artista en su negocio”.

Estos “felices sepultureros del arte contemporáneo” han plantado, según Elordi, un germen en Venecia y mantienen que no cejarán en el empeño de extender esta reivindicación en todo el mundo “porque el arte es de las personas”.

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