Varios músicos ecuatorianos han versionado temas de Slayer
La primera vez que el guitarrista Gary Holt se presentó en Ecuador −junto a la banda Exodus−, un grupo ecuatoriano interpretó una canción de Slayer en el mismo escenario. Fue 3.3.3 y ese show lo cerraron los alemanes Kreator, el 8 de octubre de 2009.
“Habíamos tocado Slayer desde el colegio”, recuerda el guitarrista Jairo Pachay. En el Teatro quiteño 24 de Mayo tocaron “Raining Blood”.
“Siempre nos ha gustado la música agresiva”, dice Pachay, que ya tiene una entrada para la pista del Coliseo General Rumiñahui, donde se realizará el debut de Slayer, el jueves 26 de septiembre de 2019.
Esta banda californiana ha sido un referente para músicos que ahora tienen su propio sonido en el metal nacional, como el trío Extreme Attack que ha interpretado “Black Magic”. Aparecido en el disco Show no Mercy (1983), el tema es un testimonio de época, de la “emoción cruda y primitiva” que suele destacar el etnomusicólogo suizo Ian Christe.
Extreme Attack también tiene su versión de “Raining Blood” y participó en el concierto “Tributo al Big Four” (Slayer, Metallica, Anthrax y Megadeth) que se realizó en 2011. El bajista y cantante Patricio Viveros recuerda que ensayaron unos nueve temas en total, para presentarlos en el extinto auditorio El Molinón.
“Cuando se realiza un tributo se entiende la forma en que una banda compuso cada canción: uno se adentra en el estilo”, explica el músico, que −junto a la guitarrista Renata Pacheco− también ha realizado covers de Exodus, como “A Lesson in Violence”.
Holt se incorporó a Slayer como remplazo de Jeff Hanneman (1964-2013) para la producción de Repentless (2016), que grabó el baterista Paul Bostaph, ausente desde el álbum God Hate Us All, 2001.
“En directo se nota que la calidad no ha bajado”, suelta Viveros al comparar ambas etapas de la banda. “El estilo de Gary Holt se mantiene; él ha introducido su sonido desde el estudio, no es un mero remplazo”.
La canción “Slaughter”, grabada en el EP Hellbangers por Viveros y compañía, contiene riffs que se crearon pensando en la crudeza de álbumes como los primeros de Slayer, cercanos a la libertad creativa del punk. Luego evolucionaron en el sentido que lo hicieron otros referentes, como Possessed o Celtic Frost.
El baterista Mario Pantoja −de la banda extrema Death's Cold Wind− también estuvo en el escenario de El Molinón hace ocho años y, en 2016, participó de un segundo homenaje al “Big Four”, con ocho versiones de Slayer tocadas en el Centro de Recepciones El Rejón por varios músicos.
Él, que ha sido asistente de bateristas como Pete Sandoval (Terrorizer), confirma lo complejo de ejecutar que resultan los más recientes temas de Slayer.
El guitarrista Jairo Pachay, de la banda 3.3.3. Foto: Cortesía de Karla Sánchez.
Por tratarse de su gira final, se ha anunciado que repasarán toda su carrera en el repertorio. “El set list del jueves está alucinante”, comenta Pachay, “tocan una canción del último disco, Replentess, y pasan a sus inicios: Hell Awaits, South of Heaven”
“Puede ser que la crudeza que lograron hace décadas sea algo difícil de imitar ahora, pese al avance tecnológico en los equipos que usan”, sostiene Viveros, que está trabajando para presentar Hellbangers en Colombia.
Luego del show de Slayer −que abrirán los guayaquileños Profecía−, 3.3.3 tocará en el Ibarra Under Fest (IUF), el sábado 28 de septiembre.
Y Death's Cold Wind −que tuvo un concierto destacado junto a los neoyorquinos Immolation en julio pasado− espera confirmar su próxima fecha a fines de octubre. (I)