Numerosos documentales han tenido su génesis en el registro de una noticia, dependiendo de sus repercusiones. Por las semejanzas  entre el documental y el oficio periodístico se apunta a que ambos son correlativos. El primero es la continuidad, en clave de largo aliento, del segundo.

Billy Navarrete, documentalista y catedrático, resalta la primera relación entre estos dos oficios: la representación de la realidad; ésta, a la que él llama la “materia prima”, es desde su punto de vista la base de cualquier trabajo periodístico o documental, en sentido estricto.

“Considero que hablar de periodismo o de cine documental es referirse a dos oficios paralelos que nacen  a partir de una misma representación,  pero no se sobreimponen, porque ambos son fuertemente diversos, dos oficios con mucha riqueza en sus expresiones”, señala Navarrete, director del documental Acción contra el olvido, que trata sobre el caso Fybeca.

La relación entre el cine documental y el periodismo, para Pedro Villegas, autor del documental Maquinita Davis, es estrecha. Él es periodista  y decidió realizarse profesionalmente desde el cine documental. “No creo poder definir una relación exacta entre ambos trabajos. Primero se es periodista y luego documentalista. Lo maravilloso del periodismo es que nos brinda una gama de posibilidades de expresión artística”, manifiesta.

Para Villegas, la entrevista, la investigación de campo, el estudio del tema, el enfoque o tratamiento que se le va a dar a la historia y  la observación son herramientas  utilizadas en ambas profesiones. “La única diferencia radica, desde mi punto de vista, en la rapidez con la que trabaja el periodista”.

Concuerda Navarrete: “El cine documental posee otro alcance, es más extendido e intenta ser más incluyente y dar más  profundidad a la hora de conocer a los personajes”.

El tiempo y la estética. Esas dos cosas son el punto de quiebre entre el cine documental y el periodismo, para Iván Mora Manzano, ganador del DocTv Ib III Latinoamérica. Estas dos variables son las que  le permiten al documental profundizar en lo humano. “El cine no requiere de la primicia diaria ni de la inmediatez. El periodismo en general no pone en primer lugar  la forma, o la belleza”, subraya.

El documental -en la mayoría de ocasiones- asume una posición crítica que le permite al autor  poner en evidencia un determinado punto de vista frente a los hechos que muestra. Tal como lo manifiesta  Carlos Galiano -crítico y cineasta cubano-, en los buenos documentales se plantea una tesis.

Otra diferencia, entonces, aparte del factor tiempo -según  concuerdan los entrevistados- es  la parcialidad, ya que en el periodismo la inmediatez y objetividad son premisas ineludibles, a diferencia del cine documental, donde no existe esa urgencia y las emociones y mirada del autor son parte fundamental de la propuesta.

“En el cine documental uno tiene tiempo para respirar, salir a caminar, tomarse una cerveza y levantarse al otro día a seguir construyendo la historia. En el periodismo, por la rapidez con que se trabaja, no hay tiempo para nada.

La historia debe estar en la sala de redacción o edición lo más pronto posible. Eso no permite al periodista conocer otros aspectos maravillosos de la historia y sus personajes. En cambio el documentalista hasta cierto punto llega a involucrarse y tomar partido por lo que quiere contar. Uno llega a "desnudarse" con sus personajes y ellos contigo”, observa Villegas.