En el siglo XIX, la exportación del sombrero de paja toquilla sostuvo parte de la economía del país, aseguró el historiador y cronista Juan Paz y Miño. Manifestó que la declaratoria de Patrimonio Inmaterial que efectuó la Unesco a su elaboración tendrá dos impactos. Uno será que  se valorará el trabajo artesanal y el otro es que se reconocerá a Ecuador como el único productor de esa prenda.

Paz y Miño recordó que la elaboración del sombrero de paja toquilla dinamizó la actividad en las provincias del Azuay y de Manabí en el siglo XIX. “En la época liberal se puso en auge la elaboración. Eloy Alfaro, cuando vivía en Panamá, comerciaba el producto”.

Para el cronista, el reconocimiento de la Unesco permitirá terminar con la idea que existe sobre la procedencia del sombrero. A nivel mundial se cree que es panameño, debido a que los comerciantes de ese país aprovecharon el paso del producto ecuatoriano y le pusieron la marca de ese país.

Ya en 1906, cuando Theodore Roosevelt visitó el país centroamericano para negociar el Canal de Panamá, recibió como obsequio un “Panama hat”. “El reconocimiento permite poner en orden la situación. De tal manera, hay que seguir incrementando la idea de que el sombrero es ecuatoriano”.

Otro de los efectos será que se visibilizará y valorará el trabajo artesanal. “Es un trabajo artesanal, que requiere paciencia y una tremenda especialización productiva”, reflexionó el cronista. A esa idea se adhiere María Rosario Cuzco Sagpay, directora de la Asociación de toquilleras María Auxiliadora, ubicada en Sigsig, en la provincia del Azuay.

La líder, después de reconocer que están satisfechas con la declaratoria de la Unesco, dijo que anhelan que les traiga mayores beneficios. “Tenemos la esperanza de que con este reconocimiento nuestro trabajo sea más valorado”, dijo la directora. La Asociación María Auxiliadora se creó en 1990 y trabaja con 165 mujeres. Es de las más grandes en Sigsig”, contó Cuzco, de 52 años.

Las mujeres se dedican a tejer por las noches, mientras en las mañanas realizan trabajos en el hogar. “Desde las siete hasta las diez de la noche tejemos, en ese tiempo hablamos y reímos”, añadió esta tejedora que aprendió el oficio a los seis años.

A la directora de la organización le emociona la declaratoria de la Unesco sobre esta costumbre. “Es un arte cultural, porque nosotros tenemos esta tradición que viene desde nuestros abuelos y padres. Ellos se dedicaban al trabajo para sobrevivir al menos un poquito”.

En la provincia de Manabí, específicamente en Ciudad Alfaro, se dedican a esta labor. Hasta el momento, el Ecuador tiene seis patrimonios mundiales. En 1978, el organismo declaró al Centro Histórico de Quito como Patrimonio Cultural de la Humanidad.

Al archipiélago de Galápagos, en el mismo año, se lo reconoció como uno de los siete patrimonios naturales del planeta. A la lista se sumó el Parque Nacional Sangay, en 1983. Y a finales del siglo XX, en 1999, ocurrió igual con el Centro Histórico de Cuenca.

Tras la nueva declaratoria de la elaboración de sombreros de paja toquilla, Ecuador registra dos patrimonios intangibles. El primero se inscribió en 2008, cuando se reconoció como patrimonio oral a la comunidad zápara, que habita en la Amazonía ecuatoriana.