El aguacero de la madrugada del 15 de julio provocó que una centena de libros de diferentes stands que se encontraban expuestos en la VI edición de la Feria Internacional del Libro, en el Palacio de Cristal, se mojaran.

Carlos Calderón Chico  manifiesta su molestia e indignación ya que sufrió la pérdida de muchos   de sus libros.
El investigador asegura que los responsables de la organización del evento no han hecho nada por tratar de solucionar el problema.

“Las carpas estaban con huecos, eso es inadmisible, se trata de una feria donde se exhiben libros. Ellos deben brindar las condiciones necesarias para que los textos estén a salvo”, indica Calderón.

La pérdida de los textos del investigador bordea los $ 1.500.
Los organizadores del evento recogieron los libros de Calderón, pero no le han dado una solución.

“Jaime Rull ni siquiera ha tenido la delicadeza de comunicarse conmigo, pero yo no pienso quedarme callado y permitir que este tipo de situaciones pasen desapercibidas”, afirma.

Hasta el momento Horitzo Grup,  la empresa encargada de la organización del evento, y presidida por Jaime Rull, no se ha pronunciado al respecto.

Lo único que se sabe es que en el contrato  que los expositores firman hay una cláusula que desliga a la empresa organizadora de las responsabilidades por daños y desastres naturales.

Sin embargo, los afectados exigen que se responsabilicen por este incidente que, aseguran, se hubiera podido prevenir si las carpas que se   designaron hubieran estado en buen estado.

Calderón afirma que los demás afectados no se pronuncian por temor a que en los próximos años no se les permita ser parte del elenco expositor. “Yo no les tengo miedo”, asegura.