El festival Womad (World Of Music, Arts and Dance) es uno de los encuentros musicales y artísticos más importantes del mundo y, desde que fue ideado en 1980 por el reconocido músico británico Peter Gabriel, vocalista principal de la banda Genesis, se lo ha realizado en más de 30 países, incluyendo Latinoamérica.

Este año el festival arrancó en Chile del 12 al 14 de febrero y, entre sus invitados, contó con la participación de los músicos ecuatorianos Mariela Condo y Álex Alvear, quienes desde hace algunos años desarrollan un repertorio conjunto. Según los organizadores de Womad, los “yumbos, sanjuanitos, albazos, pasillos y bombas se nutren de exquisitos elementos de la música contemporánea para formar parte del derrotero musical de este dúo y brindar un sonido enraizado en la tradición, pero adaptado delicadamente dentro de una corriente vanguardista”.

“Dicen que somos los primeros ecuatorianos en participar -señala Mariela-. Espero que esta sea una oportunidad para abrir las puertas a todos los proyectos artísticos nacionales que se están haciendo y que  son maravillosos. Ahora hay un movimiento musical muy lindo, honesto, bien logrado. Estamos en una buena etapa, pese a que la industria sigue  verde. Ya maduraremos”.

Pero Mariela Condo, cantante, autora y compositora nacida en la comunidad indígena de Cacha y descendiente del pueblo Puruhá, además de haber participado en Womad, se encuentra actualmente de gira por Perú, Chile, Argentina y Uruguay junto al guitarrista mexicano Beto Gómez, con quien presentará algunas canciones de sus dos últimos discos: Vengo a ver y Pinceladas.

“Cantaré temas que me han acompañado en el último tiempo. Creo que a muchos cantantes nos sucede que las canciones son las que te encuentran y no al revés. En cualquier etapa de la vida  siempre hay una canción que llega para ayudarte a decir lo que está atrancado. Eso es lo bonito: cantar sirve para desenredarte el alma, para acompañarte, para caminar. Muchas de las canciones que llegaron de esa forma se quedaron en Pinceladas, otras son parte del repertorio del continente, como ‘Duerme negrito’ y ‘Luchín’, que para el productor y para mí era importante incluirlas”, dice Mariela, quien en 2007 realizó su primer disco, Shuk Shimi, Waranka Shimi (Una voz, mil voces), mientras estudiaba música en la Universidad San Francisco de Quito, en un ambiente saturado de jazz.

Una voz, mil voces fue un trabajo, con arreglos de Daniel Mancero, realizado en kichwa, idioma que Mariela aprendió de niña, pero que luego lo olvidó. “Para mí era necesario retornar de alguna forma (a la lengua), y la mejor manera era cantando”.

Al terminar la universidad, Mariela entró en una etapa conflictiva de su vida: realizar su segundo disco, Vengo a ver, con el que hasta ahora es su productor musical (Daniel Orejuela), pero sin tener la seguridad del idioma con el que trabajaría. “Tenía que ser un disco de canciones originales y era la primera vez que me lanzaba a escribir de forma direccionada. Todos pueden escribir, tener un cuadernito, un papelito escrito a lápiz que luego se pierde, se quema, pero en esa ocasión tenía que escribir lo que iba a cantar. Sin embargo, el conflicto más fuerte fue en qué idioma escribir, porque tienes tantas presiones sociales. Pero la respuesta era muy simple: hacer lo que sabes hacer. No podía mentir, traducir mis letras. Toda la vida he escrito en español y así lo hice”, dice Mariela, quien reconoce escribir solo de las cosas que le conmueven en un momento determinado, en el instante justo.

“Hay una canción en Vengo a ver,  que se llama ‘Flor de quebrada’, y es un tema muy sencillo para una flor que no se me quitaba de la cabeza cuando fui de caminata al Rucu Pichincha. Tuve esa fijación y me la saqué escribiendo, cantando...”.

Mariela Condo se proyecta regionalmente como una de las artistas locales más importantes, no solo por la consistencia de su música, sino porque es una mujer con los pies en tierra firme.

“Mi homeópata me dijo alguna vez que es necesario, de vez en cuando, sacarse los zapatos y pisar la tierra descalza, que eso te ayuda a aterrizar muchas cosas, energética y espiritualmente. Y eso lo puedes hacer en cualquier lado, a menos que esté nevando (ríe). Pienso que si me voy por un largo tiempo a algún sitio y, de repente, siento que estoy flotando y necesito aterrizar, pues hago lo que dice mi homeópata. Si reflexionas más, poner los pies sobre la tierra tiene mucho significado, simbologías, puede ser, por ejemplo, un retorno al origen. Ramón Ayala, que es un cantautor argentino, decía que los seres humanos no somos más que pedazos de tierra con dos piernas. Entonces somos de la tierra, o de las estrellas, pero del polvo de estrellas”.

En los próximos días Mariela se presentará en varias ciudades de Argentina, como Córdoba, Rosario, Santa Fe y Buenos Aires; y terminará su gira en Montevideo, Uruguay, el 9 de marzo. (I)