“Cacho” Gallegos, el monologuista que desaparece
El artista Carlos “Cacho” Gallegos creció en un barrio cuencano cercano a El Vergel, que recuerda con melancolía: “me ha entristecido que hayan cambiado ciertas cosas de ese lugar ubicado casi en el margen de la ciudad y que antes tenía pocas casas”.
El intérprete de Barrio Caleidoscopio prefiere hablar de otro de sus monólogos, Solosolosolo, a la hora de referirse al vecindario. “En esa obra, el personaje se aferra al pasado, no quiere sembrar una semilla ni abrir la ventana porque le aterra lo nuevo”, le explica a un grupo de actores en una pizzería de La Floresta.
“Cacho”, como se lo conoce en el mundo artístico, ha paseado sus obras y pedagogía por Cuba, España, Camboya, Costa Rica, Uruguay y Francia -su Quartier Kaléidoscope-, pero admite no conocer todas las razones por las cuales son monólogos que siguen llenando las butacas. Entre abril y mayo está de vuelta en Ecuador (reside en París) y confiesa que suele descubrir las motivaciones profundas de sus obras cuando han pasado años de su estreno.
“Mientras las escribía me planteaba tener público para unas diez funciones”, dice el fundador de la Compañía Teatro de la Vuelta, “pero continuaron; quizás se trata de una cuestión de suerte”, divaga, como si en 2015 su Barrio..., no hubiera ganado el primer lugar en el Festival de monólogos “Le Coup de Chapeau”, en Toulouse.
Su actual visita al país incluirá una temporada del par de monólogos citados -dos funciones por día-, sobre todo en el Teatro Malayerba, hasta el próximo domingo.
También en ese escenario, entre el 16 y 18 de mayo, codirigirá -junto con Jenny Portilla- El Último Mambo. “Prefiero ir al cine que al teatro”, suelta el intérprete, “pero cuando una obra llega a conmoverme en escena lo que siento es mayor que frente a una pantalla. Lo que pasa es que ahora soy más propenso a que me conmuevan las películas de diversos géneros”.
En la conversación que mantuvo con algunos alumnos del taller inicial de clown que imparte Malayerba, Gallegos comentó que una buena historia funciona en cualquier formato; “incluso los chistes deben estar bien hechos y no llamo microteatro a una historia corta porque tendría que llamar ‘macroteatro’ a las otras”, sonrió.
“Cacho” recuerda que el clown proviene de espectáculos de 15 minutos de duración que se hacían en music halls, teatros de cabaret donde se alternaban músicos y payasos.
“Si analizas Plush verás que es la obra más clownesca que tengo: números de siete, ocho minutos que completan una hora. Me alegra que las obras cortas tengan buen público y, si se repiten sus temas, será cuestión de salas, de cómo las plantean”.
Portilla añadió que la calidad en los formatos cortos está determinada por el tiempo en que se hagan los montajes y si estos los realizan actores profesionales o no. Hay un público diverso, para todo espectáculo, coincidió con Gallegos.
Para el actor, contar con pocos minutos sobre las tablas para narrar una historia completa requiere solvencia, por aquello de que establecer la atmósfera debe tomar menos tiempo y la impresión, la efectividad debe ser mayor para los espectadores.
Aunque a “Cacho” no le gusta ser testigo del paso del tiempo por el barrio de su niñez, le satisfacen las mutaciones entre el habitante de ese lugar y el actor. Cuando estrenó su primer monólogo (Macario), un amigo se sorprendió de verlo sobre las tablas y olvidarse de Carlos, como si hubiera desaparecido tras el personaje de su historia. “Que genere una reflexión aunque desaparezca, ese es el objetivo”. (I)
Cartelera
Barrio... y Solosolosolo
Se presentaron en el cine Ochoymedio, el Patio de Comedias y -del 25 de abril al 5 de mayo- están en la cartelera del Teatro Malayerba (La Alameda), entre jueves y domingo. La entrada a una de las obras tiene un precio de $ 10 y, a las dos, $ 15.
20 funciones tiene la temporada de monólogos que “Cacho” Gallegos realizará en tres escenarios locales.
El último Mambo
Tendrá funciones los días jueves 16 de mayo (dos por uno), viernes 17 y sábado 18, también en Malayerba, a las 20:00. Los boletos en preventa cuestan $ 7 y, el día del evento, $ 10. Codirige Jenny Portilla.