Madrid, España.- “Asistimos al final de un mundo político, económico y cultural”, un momento “fantástico” para el escritor Alessandro Baricco, que considera que es ahora cuando hay oportunidades para crear, una época de transformación que es un “privilegio” para los jóvenes.

El intelectual italiano, que ha presentado en Madrid un proyecto de internacionalización de la escuela de escritura Holden, que creó hace 20 años en Turín, ha asegurado, que es en la crisis “cuando hay que inventar, y no puedes hacer nada mediocre. Si eres mediocre, mueres”.

El hecho de que los jóvenes creadores estén maltratados por los recortes, el aumento del IVA o la retirada de las subvenciones, “implica que tienen hambre y, cuando tienes hambre, creas”. “Es una gran oportunidad. No la tienen que vivir como una putada”, insistió Baricco en la presentación del proyecto, donde destacó que un mundo en movimiento debe ser el ideal para un joven.

En ese contexto, el autor de “Seda” ha decidido dar una “señal” y ampliar la escuela de escritura para que alumnos de cualquier parte del mundo puedan asistir a los cursos de dos años de duración que se imparten en Turín.

Holden, nombre de la escuela, en honor del protagonista de “El guardián entre el centeno” (Salinger), no es solo para escritores, explica Baricco, que reconoce que sus dos alumnos más brillantes, con un “talento deslumbrante”, no han escrito una línea: uno de ellos es barman y el otro, abogado.

Considera el italiano que eso demuestra que para ser escritor es necesario, además del talento, determinación: “Escribir es un oficio para personas testarudas”.

Pero por su escuela han pasado alumnos como Paolo Giordano, que con su primer libro, “La soledad de los números primos”, conquistó a siete millones de lectores en el mundo. En la nueva Holden que abrirá sus puertas en octubre, este escritor será uno de los profesores.

Con Giordano crearán un espacio en Internet en el que se podrá ver en directo cómo el autor escribe un cuento “como si estuvieras detrás de él viendo su pantalla”.

El éxito, según Baricco, es a veces “muy casual” y a la escuela “le puede interesar solo hasta cierto punto” y, aunque reconoce que da satisfacción, conseguirlo no está en “el corazón” de Holden. “Algunos resultados no se pueden ver”, como el caso de los traductores que han pasado por la escuela de escritura y que son ahora los dos o tres mejores de Italia, un “trabajo invisible, pero de gran utilidad. Ese es un gran resultado”, ha indicado.

Su sueño es hacer “la escuela más bella del mundo” y para ello han rehabilitado un antiguo cuartel en el centro histórico de Turín, donde hace años se fabricaban bombas.

Hacer una escuela es como escribir un libro o rodar una película, señala Baricco, que cree que el rol de la cultura en la transformación a la que se enfrenta el mundo es claro: “Primero, que cada uno haga su oficio lo mejor posible; segundo, no ser estúpidamente conservadores; tercero, enseñar coraje y no el miedo y, por último, ayudar a confiar en los jóvenes”.