Del asistencialismo a la salud pública en Ecuador
Revela la figura del médico y expresidente ecuatoriano Isidro Ayora. Es una mirada histórica y crítica sobre la salud en este país.
Germán Rodas Chaves es el autor del libro Pensamiento Médico. El liberalismo radical y la Revolución Juliana. Trazos de Isidro Ayora.
Rodas es un conocido historiador y escritor, miembro de la Academia Nacional de Historia. Pertenece a la Asociación de Historiadores Latinoamericanos y del Caribe (ADHILAC) y a la Red Latinoamericana de Historiadores de la Salud. Ha ejercido la docencia universitaria. También es autor y coautor de libros, estudios e investigaciones sobre la realidad local e internacional.
Él analiza dos revoluciones en Ecuador: la Liberal (5 de junio de 1895), comandada por el general Eloy Alfaro, y la Juliana (9 de julio de 1925) encabezada por el teniente coronel Luis Telmo Paz y Miño.
Y en ese contexto plantea el tema de la salud y las concepciones sobre ella en ambos períodos.
Para los liberales, el rol del Estado fue enfrentar a las enfermedades en una institucionalidad que dejó de lado a los sectores medios y pobres para privilegiar a unos pocos, señala el autor del libro.
En ese período se propició la atención de las enfermedades más allá de la beneficencia pública. Se pasó de las políticas de asistencialismo público a políticas higienistas, cita Rodas.
Por ejemplo, en el gobierno de José María Plácido Caamaño se crearon las Juntas de Beneficiencia en la municipalidades (13 de agosto de 1887) para administrar y prestar servicios de bienestar público. Un año más tarde nació la Junta de Beneficencia de Guayaquil que funciona hasta la actualidad.
En esa época también descubrieron problemas de higiene que afectaban a zonas específicas del país. Estos tenían una estrecha relación con algunas enfermedades.
Este escenario recuerda a Inglaterra con similares características en el tema higiene, que describe la novela David Copperfield, de Charles Dickens (1849-1850).
En el libro Pensamiento Médico, Rodas señala que se declaró como obra prioritaria la canalización de Guayaquil (enero de 1896) para anular los focos de infección.
También se creó el Instituto de Vacuna del puerto principal para iniciar una política de prevención de enfermedades.
En el período liberal enviaron a estudiar a Europa a profesionales de la salud. Esa formación contribuyó a mejorar la atención y servicios médicos en este país.
Rodas subraya el “nacimiento” del Consejo Supremo de Salud Pública en Quito, así como el control migratorio en el puerto de Guayaquil, de los sistemas de vacunación y mejoró la higiene para evitar enfermedades.
Pero, el autor destaca la promulgación de la primera Ley de Beneficencia Pública (noviembre de 1908) durante el segundo mandato de Alfaro. Esa normativa se refirió a salud pública, aunque espistemológicamente no correspondía a esa categoría, advierte Rodas.
En cambio, en la Revolución Juliana, llamada cuartelazo por el autor, se avanzó en políticas de salud, en especial de la mano del expresidente Isidro Ayora. No solo se reorganizó el Servicio Sanitario Nacional, sino obligó a declarar las enfermedades infecto-contagiosas en las direcciones de sanidad distrital para evitar epidemias.
Ayora impulsó la Ley de Asistencia Pública que reconoció el derecho a la salud gratuita para toda persona indigente o desvalida. Consolidó la higiene pública, desarrolló la medicina y una visión de salud pública. (I)
Su libro
El liberalismo radical y la Revolución Juliana. Trazos de la figura de Isidro Ayora. Ed. U. Andina.